Pablo Illanes, guionista: "Decían que un fenómeno así no iba a pasar nunca más"

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Perdona nuestros pecados es la primera teleserie de Pablo Illanes en Mega.

El nombre tras teleseries como Dónde está Elisa? y Alguien te mira hoy tiene más de 30 puntos de rating cada noche con Perdona nuestros pecados, en Mega. ¿Podrá mantener el éxito en una segunda temporada?




Hace poco, uno de los más de 400 mil seguidores en Twitter de Pablo Illanes, guionista, escritor y director, le envió un mapa. El seguidor en cuestión había tratado de localizar dónde estaría la ficticia ciudad de Villa Ruiseñor, donde transcurre la teleserie nocturna Perdona Nuestros Pecados (PNP) que tiene obsesionados a los espectadores chilenos -rondando los 30 puntos de rating cada noche en Mega, hasta con peak de 35 esta semana-, marcando las localidades reales que la podrían rodear. Illanes, quien por primera vez se enfrenta a un fenómeno de audiencia así en era de redes sociales, recogió la sugerencia, y comenzó a incluir en la trama las alusiones geográficas sugeridas por el fanático. Es solo una de las muestras de obsesión que genera la teleserie nocturna -coescrita por Josefina Fernández y Mauricio López Fernández, sobre este pueblo muy chileno y amores imposibles. "Decían que un fenómeno así no iba a pasar nunca más, porque llegó Netflix, por el cable, decían que nunca habría de nuevo rating de 30 puntos, que no iba a haber de nuevo esa adicción", dice Illanes, sentado en un café en Providencia. Viene llegando de vacaciones, listo para junto a sus compañeros terminar de escribir la primera temporada de la teleserie -que él describe como un "melodrama hardcore"-, para luego comenzar con una anunciada segunda entrega, de la saga familiar de los Quiroga, Möller, los Corcuera y el padre Reynaldo.

¿Como se fue dando el fenómeno?

Como todos los fenómenos se fue dando de a poco. Yo he estado en todas las situaciones, primeros capítulos que han marcado mucho y otros desastrosos, entonces el nervio siempre está. Empezó a subir, y lo que rescato de estos ocho meses es el nivel de adicción de la gente. Eso quizás no se ve en el rating, o en Twitter, se ve en la calle.

¿La gente se le acerca a preguntarle por la teleserie?

Sí, lo que no me pasaba hace mucho tiempo, desde Dónde está Elisa?. Esta teleserie ha calado más hondo que otras que hicimos en TVN. Siento que se sumó público que no veía teleseries. Siempre he pensado que la comedia es más difícil de hacer que el drama, pero el drama fideliza mucho más. Cuando existe una historia bien contada y bien actuada, produce en el público una esclavitud que no se logra con la comedia.

PNP habla mucho del Chile de hoy, pero usando el recurso de situar la acción en el pasado, en los años 50.

Una de las razones para hacer PNP, es que una teleserie no es nada sin su contexto. No creo que algo pueda ser escrito y emitido para cualquier momento. Las teleseries tienen un lugar y un tiempo para ser contadas. La idea era hacer una radiografía del Chile de hoy, a través del pasado. Tratamos de no hacerlo tan evidente, pero ahí están la discriminación, la intolerancia, las clases sociales. Armando Quiroga, el protagonista, es un gran, gran arribista, es un tipo que oculta su origen con tal de trepar.

¿Cree que ese es el gran tema hoy en Chile?

Yo creo que los ricos y los pobres siempre va a ser un tema de teleserie, y uno muy chileno. Todo se teje a partir de las clases sociales. Por eso las telenovelas, el folletín, que habla de las clases sociales sigue siendo importante para la TV. La novela, o incluso el cine, no toca el tema de ricos y pobres de manera tan elocuente como lo hace la televisión.

Cuando Mega propone hacer una segunda temporada, ¿qué pensaron? ¿La historia da para tanto más?

Lo que pasa es que con esta teleserie, y lo que es muy recomendable con toda teleserie que se escriba, trabajamos mucho en el mapa de ruta. Es una costumbre que adquirí cuando trabajaba afuera, y que es básicamente un libro que sigue las peripecias de todos los personajes. Yo lo dividí en tres actos, que luego tomamos y dividimos en primera y segunda parte. Esta teleserie ha sido como la multiplicación de los panes, siguen apareciendo personajes para ir profundizando. Creo que tiene que ver con el género, como es una saga familiar, y sabíamos que estaba el salto de tiempo. Una segunda temporada es algo bastante insólito que suceda, pero empezamos a ver el cómo hacerlo.

Ahora el tema es cómo no dormirse en los laureles.

La idea es doblar el vértigo. Doblar ese ritmo que ha tenido la teleserie en sus mejores momentos, recibir a los personajes nuevos, y seguir la historia del pueblo, que es ya como un estado mental.

¿Como un Twin Peaks de las teleseries?

Lo que es un riesgo también, porque la gente ya conoce las coordenadas y las reglas de ese pueblo, y se adueña de la historia. Ahí empieza el no defraudar, no sólo en ritmos sino en contenidos. Es un total desafío, pero tenemos mucha historia que contar aún. Acompañar a los personajes en esta segunda etapa también significa dejar de lado ciertas cosas, que es lo que más cuesta.

Muchas series, de hecho, mueren en la segunda temporada.

Tengo la experiencia de Prófugos (HBO), donde aprendimos que el primer capítulo de la segunda temporada tiene que ser un cañón. Tenemos muchos elementos para poder lograrlo. Es muy importante que se note el cambio entre una temporada y otra.

¿Ha visto la teleserie de la competencia en TVN, Dime quien fue?

Los primeros capítulos. No opino del trabajo de mis compañeros, pero creo que es una apuesta y una muy valiente, considerando el momento que estamos pasando. Lo que le hace falta a TVN y a todos los canales es riesgo.

Cuando no hay dinero es difícil arriesgar. ¿Cuánto influye que el canal tenga dinero en si una teleserie es buena o mala?

No influye tanto. A la larga, la esencia de las historias no se cuentan con más o menos plata.

Han ido desapareciendo las áreas dramáticas en los canales -menos en Mega-. ¿Qué pasó?

Primero, todos se engolosinaron con la teleserie de las 20 horas, cuando no hay público para cuatro teleseries a la misma hora. Se podía escapar de la franja, dar un producto bueno en otro horario, pero todos quisieron las ocho y la torta no da para todos. La gente quedó chata de tanta teleserie chilena. Ahí llegaron las turcas, en el momento de debilidad, y se adueñaron de todo. Y los que quedaron en el camino eran los que no tenían tradición de teleseries, como Chilevisión. La interrupción de teleseries en Canal 13 fue para mí un tremendo error, un canal donde partieron Moya Grau y Vodanovic. Y creo que el éxito de las teleseries de Mega también demuestra que el público no está agotado de las historias nacionales, sino hay que saber qué historias locales contar.

Hace años, trabajó en TVN, ¿cree que es importante que exista la TV pública?

Sí. Es importante que no todo sea un empresariado, pero creo que el rol de la TV pública debería notarse en pantalla.

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