Padres no biológicos se involucran más en la crianza de los hijos
<p>Estudio realizado en EE.UU demostró que los hombres que asumen la paternidad de menores con los que no tienen lazos sanguíneos se comprometen más con su crianza.</p>

En las últimas décadas la familia se ha diversificado y el contrato matrimonial ha perdido fuerza como meta aspiracional de las parejas. Hoy es frecuente que los niños vivan sólo con su madre, con padres convivientes o con un padre que no es el biológico. Pero el hecho de casarse aún marca una diferencia acerca del compromiso que establecen dos personas.
Así lo demuestra un estudio realizado en EE.UU., que concluye que los hombres que se casan con mujeres que ya tienen hijos son mejores que los padres biológicos casados o que conviven con su pareja. Este tipo de padres son llamados sociales, en oposición a los biológicos. "Son padres que toman la decisión de casarse sabiendo que su mujer ya tiene un hijo y que ya tienen la experiencia de haberse relacionado con ese niño", dice a La Tercera el profesor Lawrence Berger, de la Escuela de Trabajo Social de la U. de Wisconsin-Madison.
Junto a académicos de las universidades de Columbia, Princeton y Texas, el experto estudió familias de 2.098 niños nacidos a fines de los 90 y principios del 2000, los cuales fueron seguidos hasta los cinco años.
El trabajo publicado en Journal of Marriage and Family demuestra que los padres sociales casados se comprometen más con los niños y comparten más responsabilidades del hogar. Asimismo, las madres declaran que son más cooperadores en la crianza y ellas confían al dejar a su cuidado al niño tanto como con el padre biológico.
DECISIÓN PENSADA
Para Berger, la explicación de estos resultados podría estar en que "el matrimonio es una decisión planificada y consciente, mientras que la convivencia simplemente sucede. Esto es, las parejas con el tiempo van compartiendo más y, eventualmente, terminan viviendo juntos, sin tomar la misma decisión consciente que involucra el matrimonio".
Además, los hombres que eligen casarse con mujeres que ya tienen niños "pueden estar más interesados en ser padres o estar más comprometidos con sus parejas y sus hijos, en comparación a quienes sólo eligen convivir". Asimismo, una mujer estará más dispuesta a casarse con un hombre que ha probado tener una buena conducta y alto nivel de compromiso hacia sus niños, que con uno que no ha demostrado esa conducta.
Ladislao Lira, sicólogo infanto-juvenil y coordinador del área de familia adoptiva de la Fundación San José, considera el estudio como coherente e interesante. En su opinión, el que los padres sociales -o adoptivos en algunos casos- tengan buena calidad de apego o crianza tiene que ver con que éstos establecen un compromiso con su pareja y con la situación de un hijo presente. "Se compromete con una madre y un hijo, a diferencia del padre biológico, que se relacionó sólo con la mujer. Lo que pase después con su paternidad no está asegurado".
Susana Ifland, presidenta de la Sociedad Chilena de Sicología Clínica, dice que "el padre social es elegido por la madre y la convivencia con él es mucho más grata. Esta relación es mejor llevada, hay más cariño y aceptación de esta madre que venía con su hijo. El padre sabía a qué atenerse y lo asumió así".
ADOPCIÓN:OTRA PATERNIDAD
La adopción no es sólo una opción para una pareja que no puede tener hijos y quiere formar una familia. También ocurre cuando una persona quiere formalizar su situación con el hijo de su pareja, y esto se llama regularización de una situación de hecho.
El sicólogo Ladislao Lira dice que en esta situación estos padres adoptivos -que por lo general son hombres- también pueden recibir el nombre de padres sociales.
El especialista indica que para adoptar a un niño se realiza un proceso de evaluación muy profundo, "y lo que se mide es la motivación del padre y las habilidades parentales que éste pueda desarrollar. Es decir que sea una buena alternativa de padre para el niño".
Lira agrega que los protagonistas de la regularización muestran un alto nivel de compromiso, ya que quieren formalizar la relación afectiva. Por ello, la calidad de la crianza es buena, debido a que tiene como base un vínculo afectivo con un padre atento y sensible al niño, capaz de entenderlo y reflejárselo. "El padre es la figura que brinda seguridad y protección, de modo que el niño sabe qué esperar de esta relación", dice Lira.
En Chile, el número de regularizaciones es superior a las adopciones concluidas por una pareja en conjunto. De hecho, el año pasado hubo 425 de las primeras y sólo 253 de las segundas.
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