El Gobierno de China ofreció sus condolencias a los familiares de los ocho turistas honkonguenses fallecidos en el secuestro de un autobús en Manila y pidió a su homólogo filipino que garantice la seguridad de los ciudadanos chinos y sus propiedades en ese país.

En un comunicado del portavoz de Asuntos Exteriores chino, Ma Zhaoxu, publicado en la madrugada de hoy por la agencia oficial Xinhua, el Gobierno chino condenó el suceso y anunció que enviará un grupo de trabajo a Filipinas para ocuparse de las tareas de repatriación de los cadáveres y otras relacionadas con el suceso.

El Gobierno chino evitó polemizar sobre el incidente, pero el jefe ejecutivo de Hong Kong, Donald Tsang, sí criticó anoche la gestión que hizo la policía filipina del secuestro, y que ha causado una gran indignación en la ex colonia británica.

También los internautas chinos, en numerosos foros de Internet, han lanzado duras palabras contra los policías que participaron en el rescate, a quienes culpan en parte del trágico desenlace.

El ex agente de policía filipino Rolando Mendoza, de 55 años, secuestró un autobús de turistas honkonguenses en Manila, en el que viajaban 25 personas, con el objetivo de conseguir su reinserción en el cuerpo policial, del que fue dado de baja en 2008 por un caso de extorsión y narcotráfico.