La policía judicial de París inició una investigación para aclarar el origen de los rumores de infidelidad que en las últimas semanas han afectado al Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y la primera dama, Carla Bruni.

Según medios galos, las pesquisas comenzaron tras una denuncia por "introducción fraudulenta de datos en un sistema informático" presentada por el grupo Hachette Filipacchi, editor del periódico Le Journal du Dimanche. En un blog de la edición on line del semanario, un internauta anónimo comentó que Bruni pasó unas vacaciones junto al cantante francés Benjamin Biolay en Tailandia y que Sarkozy mantenía una relación con la secretaria de Medio Ambiente, Chantal Jouanno. Días después, el blog reprodujo el comentario, aunque el responsable de la página web del semanario admitió que la noticia había sido escrita por un colaborador. Ambos fueron despedidos.
 
Aunque los rumores de infidelidad de la pareja son comunes entre los usuarios de Twitter o Facebook, Le Journal du Dimanche ha sido el único medio que se hizo eco de los comentarios. Por esto, la revista parisina Nouvel Observateur informó ayer que el mandatario galo habría presionado "fuertemente" para que el grupo Hachette Filipacchi interpusiera la denuncia, ya que los despidos de los funcionarios involucrados "no apaciguaron la cólera" del matrimonio. Además, el medio señaló que Sarkozy considera que los rumores sobre su crisis matrimonial son parte de un "intento de desestabilización".
 
Sin embargo, la prensa gala reveló un informe de los servicios de inteligencia del país que señala a la ex ministra de Justicia Rachida Dati como instigadora de los rumores. El semanario Le Canard Enchaîné señaló que esto se debe a que Dati -antigua protegida de Sarkozy- se habría molestado con el jefe de Estado después de que éste la sacara del gabinete para que postulara al Parlamento europeo. La semana pasada Dati debió devolver su vehículo y su celular, así como prescindir de su personal de seguridad, a pesar de que había mantenido estos previlegios tras dejar el gobierno. Muchos consideran este gesto como una muestra de que Sarkozy sospechaba de Dati como fuente de los rumores.