Quedó furiosa cuando le dijeron que la sesión estaba retocada digitalmente y cuando descubrió que las pieles con las que posó eran reales. Pero finalmente Kate Winslet aseguró que agradece la oportunidad de haberse desnudado para las fotos de portada de la revista Vanity Fair de diciembre.

La protagonista de Titanic dijo que a los 33 años y con dos hijos, esta probablemente sería su última oportunidad de mostrar su cuerpo y que le gustó la idea de trabajar con el afamado fotógrafo Steven Meisel.

"No tomo este tipo de ofertas ligeramente. Era Steven Meisel, y no cualquier fotógrafo. Es como trabajar con Stanley Kubrick", confesó al diario español El País.

Y agregó: "Cuando me dijo 'ahora sin el vestido' no me sentí incómoda. Todo lo contrario. Pensé a los 33 no voy a tener otra oportunidad".

Además, la actriz aseguró que cuando se convirtió en madre perdió todos los pudores respecto a su desnudez.

"Mientras más años tengo, estoy más feliz con mi cuerpo, con mi piel, con mis imperfecciones. Estoy feliz de ser imperfecta", afirmó.

Winslet también contó como ha tenido que luchar con las críticas por su figura durante su carrera.

"Fue duro escuchar algunas cosas. Me trataron duramente. Me da pena Keira (Knightley) si está pasando por algo similar. Mi recomendación es mantenerse fiel a uno mismo", apuntó.