No suscitaba muchas expectativas. De hecho, se mostró en el día más débil, el viernes pasado, cuando las grandes apuestas ya se habían revelado. Pero Blue bloods, el regreso de Tom Selleck a la TV con una serie propia tras el final de Magnum, en 1988, fue uno de los títulos que llamó la atención en la feria de venta de series LA Screenings, que se realizó la semana pasada en EE.UU. El evento es el primero donde las televisoras internacionales tienen oportunidad de ver lo nuevo que ofrecen los principales estudios para este año y el próximo.

Según distintos analistas, las razones de la buena recepción de Blue bloods son que el formato se adapta muy bien a las necesidades de los compradores no estadounidenses: shows con capítulos más bien unitarios, sostenidos por personajes potentes y únicos. La serie protagonizada por Tom Selleck (que cumplió 65 años y que en las últimas dos décadas ha hecho roles secundarios en películas y apariciones esporádicas en series como Friends) se trata de una familia de policías que atraviesa generaciones, con hijos, padres y abuelos como miembros de la institución. La trama también incluye el misterio de uno de los integrantes de la familia que supuestamente murió en el trabajo, pero que en realidad, lo hizo enfrentándose a la mafia con la que uno de sus hermanos estaba involucrado. En el elenco están, además, Donnie Wahlberg (Sexto sentido) y Bridget Moynahan (Yo, Robot).

Pero Blue bloods no fue la única en llamar la atención en una feria que fue dominada por las series de abogados y policiales. En esa veta se inscribe Hawai 5-0, uno de los shows que causó más entusiasmo y consenso, gracias a un primer capítulo cargado de acción y efectos especiales. La serie es una especie de remake del show de los setenta del mismo nombre, pero protagonizada esta vez por el hijo del policía principal original. Al igual que su programa madre, está centrada en un detective que resuelve crímenes en Hawai. El elenco lo encabezan Alex O'Loughlin (Three rivers), Daniel Dae Kim (Jin en Lost) y  Scott Caan (La gran estafa).

Otro remake con buena recepción fue la nueva versión de Nikita, protagonizada por la estrella de películas de artes marciales Maggie Q (Duro de matar 4.0) como una espía y asesina que huye de la agencia que la entrenó, pero luego vuelve a vengarse y a desenmascarar sus negocios turbios.

Las novedades respaldadas por nombres probados también tuvieron su cuota de interesados. Así, Undercovers, creada y producida por JJ Abrams, el cerebro tras Lost, también llamó la atención. La serie se enfoca en un matrimonio de espías que vuelve al trabajo desde el retiro y descubren que eso revitaliza su matrimonio.  Y Off the map, lo nuevo de Shonda Rhimes, responsable de Grey's anatomy y Private practice, fue otro estreno llamativo. La serie tiene a un grupo de doctores atendiendo una precaria clínica en una paradisiaca isla.

Boardwalk Empire, la serie que Martin Scorsese produce para HBO, causó interés unánime. Steve Buscemi y Michael Pitt protagonizan la producción de época, ambientada en el periodo en que el alcohol estaba prohibido en EE.UU.