Rio Ferdinand dejó el fútbol en 2015 tras una gran carrera que lo tuvo como pilar de la defensa de Manchester United entre 2002 y 2014. En dicho período con la camiseta de los Diablos Rojos, obtuvo 15 títulos y figuración internacional.

No obstante, durante los últimos años su vida ha sufrido un dramático giro. La muerte de su esposa, Rebecca, víctima de cáncer de mama, trastocó todos sus planes. Apenas un mes después de su deceso se retiró de la actividad y comenzó la pesadilla.

Dos años después de enviudar, con apenas 36 años y tres hijos a su cargo, Ferdinand intenta reordenar su vida. En una entrevista que concedió a Radio Times, en Inglaterra, contó todo lo que ha vivido desde entonces. "Empecé a tomar mucho por las noches. Es un dolor para el que nadie está preparado. Llegó un día que no pude levantarme para llevar a mis hijos a la escuela. Entonces entendí que necesitaba ayuda", expresó.

"Tuve un accidente de auto, sufrí crisis de pánico... Ha sido duro. Mi esposa, antes de partir, me dijo que sería un gran padre y madre para los niños, pero la verdad es que nunca pensé que pasaría. Ella se fue apenas diez semanas después de que le diagnosticaran cáncer", añadió.

"Ahora entiendo la importancia que tenía como madre. Nosotros los hombres somos ignorantes. Muchas mujeres cuidan de la familia y del hogar, y creemos que eso no es un trabajo. Es un trabajo muy duro", dijo. Y complementó: "Uno como jugador no se preocupa de nada. Todo te lo dan hecho. En casa pasaba lo mismo. Nos íbamos de viaje y yo apenas hacía la maleta. Ella se preocupaba de todo. Ha sido un período demasiado duro".

Finalmente, aunque dice estar mejor en todos los sentidos, cree que la situación será insuperable tanto para él como para sus tres hijos. "Creo que, haga lo que haga o pase lo que pase, nunca será suficiente para ellos", cerró.