Saab, aún dentro del grupo de General Motors, se vió forzada de prescindir del trabajo de 750 trabajadores de su planta de Trollhattan, lugar de donde salió el primer modelo hace más de 60 años. Es en dicho lugar es donde se ensamblan los sedanes y stations de sus modelos 9-3 y 9-5. Este recorte se debería a la disminución en los pedidos de la marca, que actualmente se encuentra protegiéndose de la bancarrota pedida por los acreedores.

En medio del clima de desazón que se vive en la fábrica, se anunció que un grupo de inversores de Suecia estaría interesado en adquirir al fabricante. "No puedo revelar su nombre, pero puedo confirmar que se trata de un grupo de inversores suecos que ha demostrado interés", señaló Eric Geers, vocero de la marca.

Con esta oferta, serían entre seis y ocho empresas "grandes" las interesadas en Saab. Es por ello que se contrató los servicios en asesorías del Deutsche Bank, para encontrar la solución más viable.