Histórico

Se estrena Criatura de la noche, el filme que devolvió la dignidad a los vampiros

La aclamada cinta sueca protagonizada por niños es una vuelta de tuerca al mito. Su impacto es tal, que Hollywood ya tiene listo su remake.

Ha sido considerada la mejor película de vampiros de los últimos años, una de las más perturbadoras cintas de iniciación sexual y un tratado de la soledad tan certero como agridulce. Criatura de la noche, filme sueco de 2008 dirigido por Tomas Alfredson, se estrena hoy en el país luego de un camino por festivales plagado de premios y buenas críticas (tiene 58 premios y 18 nominaciones).

La cinta está en las antípodas de la saga Crepúsculo, con sus vampiros rebosantes de testosterona y moral teenager. Aquí el relato se centra en dos niños: Oskar (Kare Hedebrant), un chico de doce años que vive con una madre apenas visible, un padre ausente y que es víctima de bullying, la disfunción social de moda. Oskar trata de liberar su ira reprimida jugando a ser un imaginario justiciero de sí mismo, donde con cuchillo en mano se venga de sus matones. Eli (Lina Leandersson), una chica morena y pálida, lo observa. Pareciera que tienen la misma edad, pero el semblante de Eli se ve cansado y triste, como un vampiro que ha vivido demasiados años cargando con una inmortalidad indeseada.

Adaptada de la novela Let the right one in, de John Ajvide Lindqvist, el título toma su nombre de la canción de Morrisey Let the Right One Slip In, que significa "deja entrar al correcto", alusión que en terminología vampírica se refiere a que los chupasangres sólo pueden entrar a un lugar si es que les es permitido.

En el caso de la cinta, la excusa sirve para describir una amistad que es más bien una dura entrada hacia la adultez, el sexo y un áspero y primario romanticismo. Ambientado en un suburbio desolado de Estocolmo, las imágenes del filme muestran una soledad e incomunicación apabullantes, donde los vampiros recién llegados (Eli y un hombre mayor) parecen tan perdidos como los humanos en el paisaje. Suerte de fábula realista y amarga, habla del primer amor y el despertar sexual donde la idealización deja paso a un sentimiento de frustración, tanto en la relación entre ellos como en la forma en que miran al mundo adulto.

La película se estrenó a comienzos del 2008 y obtuvo su consagración ese año cuando ganó el premio mayor en el Festival de Tribeca. Lo que siguió fue una escalada triunfal de premios que incluye el Bristish Independent Film Award, el Saturno de la Academia de Ciencia Ficción de EEUU, el del Festival de Sitges, el premio de la audiencia en Toronto y el premio del jurado en el Fant-Asia Film Festival.

El director Alfredson ha dicho que no conocía la figura del vampiro y su mitología. Que nunca le había interesado mayormente. Por ello en su filme no hay de esas típicas muletillas asociadas al género: los colmillos, la sexualidad desatada (tipo True Blood) o los crucifijos.

"Me interesó la combinación de lo irreal y lo humano", ha dicho el director. "Pero lo primero que me introdujo en la novela tiene que ver con lo segundo. Se trata del acoso escolar que sufre Oskar, el niño protagonista. Algunas situaciones del libro tenían relación con episodios de acoso escolar que sufrí en la infancia, y me interesaba hablar de ese problema", explica.

El impacto del filme llegó rápidamente a Hollywood, incluso antes de que el filme fuera estrenado en otros países. En efecto, al poco tiempo de ser lanzada en Suecia, Overture Films compró los derechos para ser rehecha en EEUU, con el director Matt Reeves a cargo del proyecto (Cloverfield). La película, bajo el título de Let me in, se estrenará el 1 de octubre y las primeras impresiones de la prensa son positivas. Pero claro, siempre quedará la duda de si era necesario intentar un remake de un filme de por sí notable. O como lo explica Alfredson: "No se dan cuenta que no hay mejor lugar para un vampiro que Suecia, donde tenemos noches de 23 horas".

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