El Senado francés aprobó por abrumadora mayoría hoy la prohibición de utilizar la burka, el velo islámico que cubre totalmente el cuerpo y la cara, en lugares públicos.

Los titulares de ambas cámaras pidieron al Consejo Constitucional que determine si la norma viola garantías constitucionales.

El Senado sancionó por 246 votos contra uno el proyecto ya aprobado en la cámara baja, la Asamblea Nacional. La norma aún requiere la firma del Presidente Nicolas Sarkozy.

Sin embargo, para asegurarse que la medida esté acorde con la Constitución, los líderes de ambas cámaras le pidieron de inmediato al Consejo Constitucional que emitiera un fallo al respecto.

"Esta ley fue objeto de debates largos y complicados", dijeron Gerard Larcher, presidente del Senado, y Bernard Accoyer, cabeza de la Asamblea Nacional, en un comunicado conjunto en el que explicaron el pedido. Indicaron que quieren estar seguros de que "no hay duda" que se ajusta a la Constitución.

La medida afecta a menos de 2.000 mujeres, pero para la ministra de Justicia, Michele Alliot-Marie, representa un muro de protección sobre los valores franceses y la identidad del país, en una era de globalización.

Según el gobierno, la medida busca promover la igualdad entre los sexos, la dignidad y seguridad de la mujer, y afirmar los valores seculares y el modo de vida nacional.

Francia será la primera nación Europea en aprobar este tipo de legislación aunque otros, como Bélgica, están considerando leyes contra velos que cubren el rostro, al considerar que van en contra de la cultura local.

El proyecto de ley, impulsado por el partido conservador del Presidente Nicolás Sarkozy, obtuvo la aprobación de la abrumadora mayoría en la cámara baja del parlamento el 13 de julio.

Los críticos de la medida alegan que menoscaba una serie de libertades que definen a Francia. Sin embargo, la gran mayoría que respalda la ley dice que más bien preservará los valores propios de la nación, incluyendo sus raíces seculares y un sentido de fraternidad que es contrario a llevar el rostro cubierto.

La mayoría de los musulmanes cree que la legislación será un gran golpe contra la segunda religión de Francia. Consideran, asimismo, que podría aumentar el nivel de "Islamofobia" en el país, donde las que mezquitas, al igual que sinagogas, son objetivos esporádicos de ataques de intolerancia. Sin embargo, la ley no ha provocado una reacción violenta, a pesar de que los socialistas en la oposición introdujeron una enmienda para limitar el veto a ciertas áreas, en parte para evitar problemas legales.