Sidney Edwards, ex oficial de la Fuerza Aérea británica: "Sin colaboración de Chile, no hubiéramos ganado la guerra"

Tras la invasión argentina en las islas Malvinas/Falklands, el ex uniformado fue enviado a Santiago para conseguir el apoyo del régimen militar.




Sidney Edwards, oficial de la Fuerza Aérea británica (RAF), se encontraba trabajando en Londres, en el Ministerio de Defensa, cuando fue asignado a una misión en Chile, en abril de 1982, la que se extendió hasta terminada la guerra. La invasión de las islas Malvinas por parte de tropas argentinas ya se había producido el 2 de abril, así que su dominio del español y su experiencia como piloto de combate lo hicieron como candidato perfecto para la misión. El ex uniformado tuvo que esperar 30 años para que se levantara el embargo que tenía y poder contar su historia en un libro bajo el título My secret Falklands war (Mi guerra de las Malvinas/Falklands secreta), que será publicado el 25 de julio. Sin embargo, el general Fernando Matthei ya había adelantado su participación en una entrevista ofrecida en 2005. En conversación con La Tercera explica los detalles de su experiencia en el país.

¿Cómo conoció al general Fernando Matthei?

El mismo día que llegué a Santiago tuve una reunión con el general Fernando Matthei, quien era el comandante en jefe de la Fuerza Aérea y era miembro de la Junta Militar. Lo fui a ver porque la guerra, que no había comenzado en ese entonces y yo asumía que empezaría pronto, iba a ser ganada o perdida en el aire. Esto se explica porque si no tienes una superioridad aérea, entonces no se podía llegar a las islas.

¿Por qué el gobierno chileno ayudó a los británicos?

Fue pragmatismo. En otras palabras, el general Matthei, el general (Augusto) Pinochet y los altos miembros del gabinete se dieron cuenta de que si Argentina se quedaba en las Malvinas/Falklands y ganaba la guerra, el próximo paso de ellos sería invadir las islas en el canal Beagle. Entonces, ellos veían que si nosotros no éramos capaces de expulsar a los argentinos de las islas, el general (Leopoldo) Galtieri estaría motivado e invadiría Chile. El decía a los argentinos: este es sólo el primer paso. La otra razón es que la vieron como una oportunidad para mejorar la calidad de sus propias Fuerzas Armadas, porque éramos capaces de proveer equipos y un posterior entrenamiento.

¿Qué clase de información usted recibió de parte de Chile que los ayudó en la guerra?

Creo que lo más importante fue la información sobre el despegue de los aviones de ataque argentinos de la base en el sur del país, y pudimos contar con la información de radares en Punta Arenas y de otro radar que teníamos instalado en el sur de Chile, lo que mejoró la cobertura de las bases argentinas. Así que las flotas tenían un conocimiento por adelantado de las naves argentinas. Eso fue absolutamente crucial para ganar la guerra.

¿Cómo fue negociar con la Junta Militar?

Desde mi punto de vista, no hablo políticamente, sino como un hombre que tenía que hacer un trabajo, fue una gran ventaja trabajar con una dictadura militar, porque cualquier cosa que se necesitaba hacer, se hacía muy rápido y tenía una aprobación casi inmediatamente. No tenía que pasar por un Parlamento para tener la aprobación. Cuando estás en una guerra, esa fue una gran ayuda.

¿Podría decir que la colaboración fue importante?

Personalmente, digo que sin esa colaboración, no habríamos ganado la guerra. Esa es mi opinión. Estoy muy agradecido de los chilenos, fueron muy amigables y ayudaron mucho.

Los veteranos británicos han señalado que ni siquiera sabían dónde estaban las islas. ¿Cree que fue necesario embarcarse en esa guerra?

Creo que es muy importante, porque el problema es que el deseo de la gente allá es importante y ellos quieren seguir como dependientes de nuestro país, así que si alguien los ataca, tenemos que defenderlos. No culpo al Ejército argentino o a la gente, es gente muy simpática. Creo que ellos estaban muy mal guiados.

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