Axl Rose y Slash parecían dos enemigos irreconciliables. El vocalista y guitarrista de Guns N' Roses, los rostros más reconocibles del conjunto que se devoró al planeta a fines de los 80, estaban en bandos opuetos en los últimos años, con ataques e insultos que iban y venían. Hasta ahora.

Porque Slash, que dejó la banda en 1996, bajó la artillería, sacó bandera blanca y elogió de manera generosa a su ex compañero de banda en una entrevista al diario New York Post, donde también aprovechó de promocionar su nuevo disco.

La primera pregunta fue acerca de Chinese democracy (2008), el álbum que Rose demoró más de una década en lanzar al frente de Guns N' Roses y que trajo a la agrupación a Santiago el pasado 20 de marzo. El guitarrista comentó: "Fue la grabación perfecta para Axl. Es exactamente lo que esperaba, luego de los últimos años trabajando juntos y después de ver hacia dónde se dirigía musicalmente. Es muy heavy, algo oscuro y deprimente. Es fenomenal".

Luego, en torno a una posible reconciliación con Rose, el músico explicó: "Estoy más distante porque sé que me odia con vehemencia. Así que es como sí dudase sobre hacerlo o no. Pero si llegásemos al punto de encontrarnos y la animosidad se fuese durante un segundo, estoy seguro de que tendríamos una conversación interesante".