Su nombre es Joaquín: hablan las protagonistas de la nueva nocturna de TVN
Paola Volpato, Alejandra Fosalba, Antonia Santamaría y Luciana Echeverría cuentan cómo son sus roles, cómo es su relación con el personaje de Álvaro Rudolphy y lo que sienten de ser parte de la teleserie que estrena hoy TVN. <br><br>

"Dije que sí al tiro, no había nada que pensar", dice Luciana Echeverría de lo que ocurrió cuando le ofrecieron el personaje de Magdalena Silva en Su nombre es Joaquín. El suyo es un rol complejo, ya que interpreta a una mujer que es raptada por el líder de la secta que vive cerca del apacible pueblo de Valle Azul, Joaquín Santelices (Álvaro Rudolphy), pero no dudó en aceptarlo: "Ella es una víctima de esta historia y me he basado mucho en películas -como Átame-, he investigado harto sobre el caso de Natacha Kampusch. Tengo un documental de csaso reales, estoy trabajando mucho con la sicología del personaje", cuenta.
Se trata de un rol que la llena de satisfacción: "Estoy contenta de estar en una teleserie en que están mostrando temas como el aborto. La gente puede dialogar, tener una conversación más liberal sobre el incesto y el síndrome de Estocolmo, temas que uno ve muy lejanos, pero nunca sabe qué tan lejanos pueden estar", comenta la actriz.
Pero estos no son las únicas temáticas que trata la teleserie, que también se mete en el mundo de las sectas religiosas y la poligamia. Pues Joaquín no tiene una, sino que tres mujeres. Paola Volpato hace de Lola Briceño, la mujer con quien Joaquín crea su comunidad. "Yo siento que ella tiene un poquito trastocados sus valores, porque ella decide seguir a este hombre, seguir su forma de pensar, porque ella realmente cree que él es el elegido, el representante de Dios en la tierra. Tiene una fe inquebrantable, por lo tanto es capaz de justificar todas las cosas que hace". No sólo eso, porque también abandona a su hijo de tres años y a su hija de diez para irse con Joaquín.
"Lo que le dio Joaquín en ese momento fue tan fuerte, la llenó tanto, que le hizo sentido la vida completa. Ella va a aceptar todas las reglas, no las va a cuestionar. Si eso implica compartirlo va a tener que hacerlo, además ella tampoco tiene el rollo de con los celos. Siente que es el elegido y que si Dios le dice que tiene que tomar otra esposa, es la voluntad de Dios y ella tiene que asumirla", cuenta Volpato.
Quien va a tener más problemas para seguir las reglas es Julia Ossa, la segunda esposa de Joaquín, que es interpretada por Alejandra Fosalba. Para la actriz, la personalidad de Julia, a quien define como una mujer violenta, y su relación con Joaquín están determinados por su pasado como meretriz: "Me imagino que cuando fue prostituta no era de esas de los hoteles. Era una prostituta de la calle, guerrera. Una mujer que andaba siempre a la defensiva, siempre pensando que la van a atacar y defendiéndose. Entonces ella, por primera vez en la vida, siente que pertenece a algo, a esta comunidad. Para ella es súper importante, de hecho, si ella se va no tiene hogar y es capaz de hacer cualqueir cosa con tal de seguir ahí".
Pero Julia no se conforma con ser una más de la comunidad, sino que quiere ser la única esposa, la madre del hijo del líder: el elegido. "Va a tratar de destruir a todas las otras mujeres como sea. Es capaz de querer matar a alguien, incluso. Es una mujer de temer de verdad, es mala y pesada. Siempre está tratando de rebajar a los demás y haciéndose notar". Es por eso que Joaquín la va a castigar, pero no se limita a una penitencia fisica: "Es más violento que los golpes, es terrible. Ella logra bajar sus ímpetus pero luego vuelve a ser lo que era", cuenta Fosalba.
Para Antonia Santamaría, quien interpreta a la esposa más joven, Carolina Ortega, el caracter castigador de Joaquín es uno de sus rasgos más marcados. "Pasa de la generosidad extrema a ser un personaje peligroso", y consigue que lo sigan a través de su gran carisma. "Además, tiene con qué manipularnos porque maneja la información de la vida pasada de todos y tiene material para debilitarnos. Cuando los pollitos se están arrancando, sabe cómo hacerlos volver". En el caso de Carolina, ella solía ser cocainómana que viene de una familia acomodada y conservadora que no la apoyó. Por lo tanto, tras su rehabilidatón se quedó sola.
Según Santamaría, lo que define a su personaje es tiene los pies en la tierra. "Está comprometida con la comunidad, pero está con un pie afuera. Por eso, cuando se le generan dudas tiene la capacidad de mirar las cosas con perspectiva y trata de que el resto haga conciencia al resto". Aún así, depende de Joaquín en lo emocional. "Cuando ella no sabía a quién acudir, este personaje le abre los brazos. Además, como él lo dice frecuentemente, se siente mucho como la preferida", dice la actriz y luego relfexiona: "Pero creo que todas nos sentimos igual y esa es la gracia de Joaquín".
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