Histórico

Sur de China se convierte en el centro de falsificaciones que se comercian por Internet

Diario de ese país denunció que comercialización, mayoritariamente de zapatos, se realiza exclusivamente a través de la red y que los mejores mercados son Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Holanda y Francia.

Poblaciones enteras de la provincia Cantón, al sur de China, trabajan en la falsificación ilegal y venta por Internet de zapatos de marca que se venden en todo el mundo, según denuncia el diario "South China Morning Post".

El rotativo, que ha llevado a cabo una investigación sobre este problema, asegura que las autoridades locales no toman medidas para frenar la falsificación de marcas de lujo occidentales como los artesanales italianos Christian Louboutin, o bien Gucci, Prada, Chanel o Louis Vuitton.

Los reporteros del diario se introdujeron en factorías a las afueras de Guangzhou (capital provincial) en las que está prohibida la entrada a quien no sea empleado de la fábrica, cuyas ventanas suelen estar tapiadas o cerradas para evitar que desde fuera se vea lo que sucede en su interior. Los obreros tienen que trabajar por lo menos 14 horas diarias y descansan sólo un día a la semana para conseguir un salario de supervivencia inferior a US$300.

Las web en las que se venden están gestionadas por empresarios chinos que evitan comerciar en el resto del territorio por temor a ser descubiertos por los detectives locales empleados por las grandes marcas.

"Sólo hacemos negocios en Internet", señalaron estos empresarios durante encuentros con los periodistas en los que éstos se hicieron pasar por emprendedores, y a quienes se les ofrecieron zapatos y botas de Loubutin por precios que oscilaban entre US$68 y US$149 para pedidos superiores a 50 pares.

"Tenemos buenas relaciones con las compañías de mensajería. Le prometemos que si hacemos pequeños envíos, no habrá problemas con las aduanas", desvelaron los vendedores, quienes explicaron que sus mejores mercados eran Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Holanda y Francia.

La consultora Baker McKenzie, que se ocupa de infracciones de los derechos de marcas en China, señala que la ley referente al plagio en el gigante asiático es "incompleta", porque no se aplica a las ventas por internet, por lo que el estas violaciones se han multiplicado por diez en los últimos cinco años.

Uno de los expertos de McKenzie, Clifford Borg-Marks, asegura que desde la crisis incluso han detectado documentos gubernamentales que ordenan a las autoridades locales mantener estas factorías ilegales abiertas.

La escala de este sector es tan grande que afecta a la macroeconomía china, señala la consultora.

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