Histórico

Tierra sin campeones

La ilusión de Iquique en el Apertura se quedó en subcampeonato. El mote de la capital de la Primera Región comienza a quedarse sin asideros. Su antiguo esplendor deportivo busca relevo.

Loayza, Godoy, Choque

Los Dragones Celestes llegaron a acariciar con los dedos el título del Apertura 2015-2016, pero la Tierra de Campeones, tradicional sobrenombre con el que se conoce a la ciudad de Iquique, por sus vetustos éxitos deportivos, terminó quedándose sin corona. Más de 90 años después de la consagración del primer gran campeón iquiqueño, la autoproclamada cuna de los triunfos no pudo cantar victoria.

Fue en 1925 cuando la urbe nortina comenzó a adquirir cierta relevancia internacional -y a construir piedra a piedra su ulterior mística deportiva- merced al desempeño de uno de sus principales ídolos, el boxeador Estanislao Loayza. Un peso mediano nacido en la actual capital de la Primera Región el 7 de mayo de 1905 y el responsable, en buena medida, de la tremenda afición al boxeo generada en el seno de la sociedad chilena a comienzos del siglo XX.

Loayza fue el primer púgil criollo en pelear por el título mundial de la disciplina. Lo hizo el 13 de julio del consignado año 25, en Estados Unidos, frente a Jimmy Goodrich, en un combate largamente recordado por la lesión sufrida durante la pelea por el deportista iquiqueño y provocada, cuentan las crónicas de la época, por el propio juez del pleito, quien pisó el tobillo del chileno en un lance de la contienda.

"El Tani (Estanislao Loayza) era el más grande de todos, pero el árbitro le pisa y tiene que pelear a una pierna todo el combate. Por eso termina perdiendo", explica, con evidente orgullo de compatriota, Cristian, un iquiqueño convencido del especial potencial competitivo que ostenta la ciudad.

Quince años más tarde, otro púgil oriundo de la Región de Tarapacá, el legendario Arturo Godoy, viaja a tierras estadounidenses para medirse en el Madison Square Garden de Nueva York al inmortal Joe Louis, para muchos el mejor peso pesado de la historia del boxeo. Godoy, nacido en el seno de una humilde familia de mariscadores afincada en Caleta Buena, una población situada en el sector norte de Iquique, aguanta 15 asaltos sobre el ring al Bombardero de Detroit el 9 de febrero de 1940. Una gesta que ningún otro púgil había logrado antes. El combate concluye con triunfo del norteamericano por fallo dividido.

"En esos años, en los que el boxeo tenía más resonancia incluso que el fútbol, el recibimiento que les daban en la ciudad era espectacular. Ellos eran deportistas importantes a nivel nacional, pero también en el plano internacional. Peleaban en Luna Park, en Estados Unidos, en La Habana, en Barcelona, y aunque fueron subcampeones del mundo, eran campeones de Chile y de Latinoamérica", refrenda al respecto, en conversación con El Deportivo, Bernardo Guerrero, doctor en Sociología por la Universidad Arturo Prat de Iquique. Cuatro meses más tarde, en junio del 45, Godoy volvió a retar a Louis por el cetro mundial de los pesos pesados, pero claudicó en el octavo round.

La trilogía de campeones mundiales que le valieron la designación de Tierra de Campeones a Iquique (si bien, en rigor, tanto Godoy como Loayza fueron subcampeones), la completa el submarinista Raúl Choque, quien se proclamó número uno a nivel internacional el 4 de septiembre de 1971, en el Mundial de Caza Submarina. Choque, "un hombre del Norte Grande, pero nacionalizado iquiqueño", como precisa Guerrero, fue además "el primer deportista aimara en coronarse campeón planetario".

Pero 45 años después de aquello, y pese a las ocho estrellas de la ANFA(la Asociación Nacional de Fútbol Amateur) "logradas por Iquique entre el año 30 y el 78"; o "los importantes basquetbolistas que representaron a Chile en los Juegos Olímpicos de Londres 48 y el Mundial de Buenos Aires 50" -resalta Guerrero-, el sobrenombre de Tierra de Campeones parece encontrarse hoy un tanto desfasado. "El calificativo hay que renovarlo ahora a través del fútbol y de los deportes posmodernos, como los llamo yo, en los que estamos bien posicionados", reconoce, con honestidad, el sociólogo.

Y es de hecho en esos deportes, los denominados como "posmodernos" por Bernardo Guerrero, en los que Iquique parece hacer actualmente mayor justicia a su apelativo, con Yoshua Toledo y José Martínez, por ejemplo, ungidos bicampeones mundiales en bodyboard y sandboard, respectivamente.

Pero del fútbol, el deporte rey en los tiempos que corren, más bien pocas noticias, más allá del tricampeonato copero conquistado por Iquique en 1980, 2010 y 2014. Y es que es probablemente esa estrella perdida hace sólo algunos días la que oscurece hoy el presente deportivo de la Tierra de Campeones.

"Antes el deporte era un gran constructor de identidad y lo de Tierra de Campeones (eslogan promocional de la ciudad a todos los niveles) es aún parte de la nuestra, pero también una gran responsabilidad. Es por eso que el campeonato profesional de fútbol nos habría venido tan bien, porque nunca lo habíamos logrado", lamenta, a modo de conclusión, Guerrero. "La épica se funda siempre en el pasado", añade quien, tal vez por eso, confiesa tener una gran foto del Tani Loayza presidiendo la entrada a su domicilio. Para que lo proteja.

¡Oferta especial vacaciones de invierno! ❄️

Plan digital $1.990/mes por 4 meses SUSCRÍBETE

Servicios