Tiramisú: más allá de la pizza
Fue una apuesta exitosa aunque no nació en función de la búsqueda de ese éxito, sino de la calidad entregada día a día en cada pizza.

La búsqueda de oportunidades está directamente relacionada con la capacidad de interpretación, la misma que tiene que ver con la manera en que vemos e imaginamos el mundo.
Luego de acumular experiencias, éxitos y fracasos, en varios rubros - especialmente el textil, en Chile y Estados Unidos- Fuad Lama Fernández (el "Focho") comprendió, hace justo una década, que era necesario replantear la idea de la gastronomía en Chile a partir de un concepto tan transversal como democrático. Y creó Tiramisú, un restaurante especializado en pizzas en el corazón del refinado barrio El Golf, en Las Condes. En sólo unos meses, la que parecía ser una pequeña pizzería de barrio, que contaba con apenas 15 mesas, se transformó en un verdadero hit.
Tiramisú se transformó en un ícono en la comuna, un lugar de referencia en todo Santiago. El lugar siempre está lleno y con clientes esperando a que se desocupe una del centenar de mesas que lo conforman. Eso a pesar de haber crecido incorporando un local aledaño. Sin embargo, ha sabido mantener intacto el ambiente familiar y el cuidado en los detalles que lo caracteriza desde el primer día.
NO A LA MODA, SI AL ESTILO
Haciendo una analogía con la conocida multinacional de origen sueco IKEA, el concepto tras Tiramisú fue centrarse en una oferta de productos básicos, pero "de diseño", capaz de llegar a todo tipo de público con un estilo democrático. Algo no tan simple hace diez años en una sociedad tan socioculturalmente demarcada como la chilena.
Así como en IKEA, o también GAP o Swatch, que hicieron de lo básico un concepto que une la estética con lo funcional, en el caso del Tiramisú se produce una convergencia clara entre la cultura de lo esencial -en este caso la comida italiana- y la simpleza de las relaciones.
Lama ha señalado que lo que buscó fue crear un ambiente sencillo, casi casero, con mucha preocupación por los detalles que hacen la diferencia, con generosidad en los platos y calidad en el servicio. En la decoración todo es entretenido y ecléctico, rupturista y alejado de la lógica minimalista.
Sin obsesionarse por los costos y por la rentabilidad puntual, su principal objetivo y preocupación fue profundizar una propuesta diferenciadora y la pregunta era ¿cómo conjugar los mejores ingredientes, los materiales más nobles y la atención personalizada con precios masivos? Cuando hablamos de ruptura lógica, de creatividad, estamos hablando de una situación de "big bang" que se expande indefinidamente. El "Focho" tuvo ese momento inicial brillante, ese "darse cuenta" y a partir de allí todo se expande y todo sorprende.
La visión y misión estaban claras y definidas. Pero como todo proceso en el que la ruptura está presente, es imposible llevarlo a cabo sin apostar también al riesgo y a pensar en resultados de largo plazo, con paciencia e influencia, dos "ingredientes" básicos de quienes tienen la ruptura lógica.
El crecimiento del restaurante ha sido exponencial en estos años. La propuesta que mantiene lo artesanal en el producto y lo barroco en el diseño -cuando lo usual en pizzerías era lo minimalista- creó estilo más que moda. El Tiramisú tiene ese estilo que le da identidad y originalidad.
NO OFERTAS NI PROMOCIONES
Pero la creatividad no está unicamente en el diseño, sino también en la operación. Sin seguir leyes ni dogmas, Tiramisú creó su propio sistema, tan simple como efectivo, para conducir un mega restaurante de más de un centenar de mesas que rotan y rotan durante todo el día. La operatividad es clave.
La propuesta de Tiramisú es tan especial, que paradójicamente no aparece en revistas especializadas ni tampoco como una alternativa "pseudo fashion". Las competencias y cualidades diferenciales de este negocio están en la perseverancia y el bajo perfil, en la ética de la excelencia, conjugada con la ruptura constante para distraer a la competencia.
Aquí no hay "marketing de libro", ni necesidad de promociones ni ofertas. Nada de eso. Hay un deseo de la gente de encontrar lo esencial y el Tiramisú lo ha descubierto. El Tiramisú es contracorriente, y eso es la esencia de la creatividad. No seguir al rebaño, crear el propio. "Aquí la pizza se trata como cisne, no como patito feo", ha dicho su creador para explicar lo central de la filosofía que lo mueve.
A Fuad Lama, como artesano que es, no le interesa expandir su exitoso negocio creando una cadena o franquicias sino que prefiere seguir atento a cada detalle, paseándose cada día por su segundo hogar. Porque a pesar de suponerse que pueden ser repetibles, la clave de estos proyectos de alto valor tiene que ver con la pasión, el origen, los valores y la manera de ver el mundo de quienes los conducen.
Todavía la creatividad es irrepetible y sólo puede explicarse después de concretada en un exitoso emprendimiento. Como el Tiramisú.
EXTRACTO DE LA CLASE: LA CREATIVIDAD EN LA ESTRATEGIA
La estrategia es un proceso circular donde las ideas dan paso a la acción y así sucesivamente. Por lo tanto, constituye un proceso de constante aprendizaje, que si se realiza bien nos llevará a nuevas oportunidades.
Pensar estratégicamente implica construir un escenario nuevo y propio. La resolución de una situación conflictiva generada en la incertidumbre conlleva la creación de este nuevo lugar para que la solución estratégica se haga realidad.
Ante preguntas típicas de estrategia, como ¿cuáles son las habilidades que debemos construir para el futuro?, ¿cómo tener más potencial competitivo?, las respuestas estratégicas deben afrontarse desde la novedad, la ruptura lógica y la capacidad de acción. Es decir, desde la creatividad.
Esta es la capacidad de generar comportamientos nuevos y originales. Se compone de procesos que establecen nuevas vías de solución mediante la utilización de esquemas originales o la recomposición de modelos previos.
Se suele hablar de dos tipos de creatividad: la pura, primaria y espontánea, y la secundaria, aplicada y controlada. Lo importante es que su aplicación permita reconfigurar una situación y aprehenderla, generando siempre mayor conocimiento.
El pensamiento creativo es un ejercicio de desorganización y reorganización de la realidad; de innovación sobre los recursos conocidos y de anticipación sobre las posibles relaciones de los componentes analizados, mediante procesos de análisis y síntesis. Lo interesante es que una vez constituido como conocimiento se transforma en una teoría, que puede ser transferida.
El pensamiento creativo es una destreza innata que implica una multidimensionalidad que permite ver lo que otros no ven. El creativo vive probando nuevos caminos, correctos e incorrectos, diferenciándose del ejecutivo que resuelve problemas del modo conocido.
Es difícil transformar a alguien en "creador", pero sí se puede promover la originalidad, propiciando la búsqueda de soluciones que no sean un simple reacomodo de las partes sino un desarmar para re-armar.
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