Roberto “Titae” Lindl, el histórico bajista que aún sobrevive al frente de Los Tres, cuenta que siempre coexistieron inquietudes paralelas al paladar artístico que forjó junto a su banda madre. “Algo diferente al folclor, el blues y el pop más tradicional”, enumera rápido al sintetizar y pasar revista al listado de influencias más evidentes del conjunto que completa Alvaro Henríquez.

“Pero cuando me empecé a relacionar más con la escena DJ descubrí otro tipo de cosas, o al menos profundicé más en esos nombres un poco más modernos, como Hot Chip, Gorillaz, Django Django, Brian Eno y hasta el hip hop”, menciona ahora de vuelta para citar sus intereses menos manifiestos, los que encontraron vía de escape en Titae & Kataix, su proyecto al margen de los autores de Déjate caer.

Se trata de la sociedad creativa que formó junto al músico Adolfo Araus -conocido precisamente como Kataix Kahn, de renombre en el circuito electrónico y colaborador de los desaparecidos Bitman & Roban- y que la próxima semana estrenará su primer disco, Qué pasó, el que llegará a las plataformas digitales y también tendrá una edición física.

Un trabajo que en enero  tuvo su primera entrega a través del single del mismo nombre, el que ya adelantaba la promiscua oferta del conjunto: percusiones de la vieja escuela latina, un bajo que cabalga mirando en reversa hacia a la onda disco, unos teclados que también parecen escapados de los 70 y una estética de catanas y artes marciales que tributa tanto a  los guerreros de Oriente como a Kill Bill. Todo en una sola juguera y en una estimulante apuesta de corte instrumental.

“Cuando empezamos a hacer este proyecto nos impusimos dos requisitos fundamentales: que fuera psicodélico y anglo, y que fuera pistero, muy bailable”, resume Araus, quien conoció a “Titae” hace poco más de una década, cuando ambos integraron la banda estable de los últimos años de Bitman & Roban. A partir de ahí comenzaron a masticar la idea de elaborar un proyecto en conjunto, lo que se materializó sólo en 2013, cuando grabaron el álbum junto a invitados como Cristián Cuturrufo, Cuti Aste, C-Funk, DJ Caso y Héctor “Parquímetro” Briceño.

“Y nos demoramos harto en sacarlo”, asume Lindl. Luego explica: “Esto lo siento como una gran síntesis de las cosas que me gustan. Hay de todo. Por eso queríamos que quedara perfecto, nos dimos hartas vueltas hasta encontrar el sonido preciso. Es un proyecto a largo plazo que puedo ir combinando con Los Tres”.

De hecho, en las últimas semanas el bajista ha vuelto a concentrarse en su labor en el grupo que hoy se reduce a dos miembros originales. La semana pasada, los músicos llegaron hasta los estudios CHT, propiedad del productor Gonzalo González, para grabar los primeros demos de su primer disco en cinco años. Un puñado de canciones escritas en los últimos meses por Henríquez y que se alistan para suceder a Coliumo (2010), su último título con material original.

A la hora de los plazos, el itinerario trazado por la agrupación estima fecha de grabación para agosto   y un posible estreno para octubre, mes donde viajarán a México para, entre otros compromisos, presentarse en el festival Coordenada, donde también estarán Blur y Café Tacvba. “Es un disco que queremos tener luego, por lo que esperamos que se pueda registrar rápido. Ahora calculamos unos 10 temas y creemos que va a refrescar un poco nuestro sonido, va entregar muchos elementos sorpresivos”, adelanta el artista.