Histórico

Transnistria, el enclave que podría convertirse en la "próxima Crimea"

Este territorio se "independizó" de Moldavia en 1990, pero no es reconocido. En medio de la tensión, el G-7 canceló una cumbre del G-8 que iba a realizarse en Rusia.

Es el último bastión estalinista de Europa. Tiene bandera, escudo, Constitución, presidente, moneda, himno, Ejército y símbolos soviéticos por doquier. Sin embargo, desde que se declaró independiente de forma unilateral de Moldavia en 1990, la comunidad internacional no reconoce su existencia como estado. Se trata de Transnistria, un pequeño y angosto territorio ubicado entre Moldavia y Ucrania, que ahora debate su anexión a Rusia, tal como ocurrió con Crimea.

Un día después del referendo en Crimea, península ucraniana que decidió anexarse a Moscú tras la crisis política en Ucrania, autoridades de Transnistria presentaron una moción en el Parlamento local para unirse a Rusia. Incluso, según la BBC, el gobierno envió una solicitud a Moscú expresando su deseo de anexarse a la Federación Rusa. Ello, a pesar de que Transnistria no limita con Rusia, aunque en su territorio están desplegados unos 1.500 soldados del Ejército ruso (no hay fuerzas de Moldavia) y una serie de industrias rusas.

El gobierno de Transnistria es prorruso, mientras que el 30,4% de sus 555 mil habitantes son rusos. El 31,9% son moldavos y el 28,8% ucranianos. Tras la anexión de Crimea, varias ex repúblicas soviéticas temen eventuales conflictos e intentos de escisión, especialmente en regiones donde la mayoría es de origen ruso. Pero, por ahora, la gran preocupación de la OTAN es Transnistria, según reconoció el comandante de esa alianza, Philip Breedlove. En Bruselas este funcionario dijo el domingo que las fuerzas rusas desplegadas en la frontera son tan fuertes que también podrían suponer una amenaza en el conflicto por la autoproclamada República de Transnistria.

"(Los rusos) tienen una fuerza absolutamente suficiente colocada en la frontera oriental de Ucrania, capaz de desplazarse rápidamente a Transnistria si se toma la decisión. Y eso es muy preocupante", dijo el comandante de la OTAN.

En las calles de Tiraspol, la capital de esta región, abundan los monumentos a Lenin y gigantografías con la imagen de Vladimir Putin, pero también reina el nerviosismo. Quienes han logrado visitar este lugar -a los turistas se les otorga visa por apenas 24 horas- lo describen como un "museo soviético viviente" y como una "zona surrealista".

Pero en Moldavia, al otro lado del río Dniéster, las cosas tampoco están mucho mejor. El gobierno moldavo quiere firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea, similar al que generó las protestas en Ucrania que terminaron con la salida del Presidente Viktor Yanukovich y con la anexión de Crimea por parte de Rusia. Si aquello ocurre, algunos temen que Rusia podría tomar represalias, comenzando por la anexión de Transnistria.

Además, hay un antecedente histórico. En 1992 la población de Transnistria se rebeló contra Moldavia, en una guerra que dejó 1.500 muertos.

En medio de este clima, fuentes diplomáticas citadas por Reuters informaron que los líderes del grupo de las siete mayores economías del mundo acordaron ayer sostener una reunión del G-7 en Bruselas en junio y cancelar una cumbre del G-8 con Rusia en Sochi. Además, dijeron que suspenderán la participación rusa en el G-8 hasta que Moscú cambie su actitud. El canciller ruso, Sergei Lavrov, consideró que esta posibilidad no sería "un gran problema" para su país. Y recordó que el G-8 es un "club informal".

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