Universidad Mayor presenta nuevo espacio para la arquitectura
Se encuentra emplazado a un costado del bello y señorial edificio de El Claustro, construcción declarada de alto valor histórico para la ciudad, y tiene como característica su bajo perfil frente a su entorno.

Con la celebración de los primeros lugares en el certamen Internacional del Instituto Latinoamericano del Fierro y el Acero, ILAFA y en el concurso de la Compañía de Acero del Pacífico, CAP, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor realizó la inauguración del auditórium del campus El Claustro de esta casa de estudios.
El proyecto que busca sortear las inclemencias del tiempo y dotar a la ciudad de Punta Arenas de un moderno aeropuerto con zonas de no viento, les valió a los alumnos Luis Haro, Markos Huincahue, José Ripeti y Luciano Valdivia, el primer lugar a nivel latinoamericano, dejando en el camino a los equipos de Perú, México, Venezuela, Ecuador y Brasil, todos ganadores de las versiones CAP en sus países de origen.
Patricio Schmidt -director del concurso CAP Chile y miembro del jurado internacional- explicó a estudiantes y docentes que se reunieron en el nuevo auditórium, que después de tres días de deliberación en la ciudad de Quito, el grupo compuesto por seis destacados arquitectos latinoamericanos decidió por unanimidad entregar el primer lugar al equipo chileno: "este es un motivo de enorme alegría para nuestro país y para esta universidad. El proyecto que denominamos de "no viento" no sólo ganó a 37 excelentes propuestas chilenas, sino que se elevó a los más alto a nivel internacional", puntualizó.
CONDICIONES EXTREMAS
Schmidt explicó que los alumnos eligieron la ciudad más austral de Chile por sus condiciones climáticas adversas, con bajas temperaturas que pueden alcanzar hasta los -10ºC y vientos que llegan a los 120 kilómetros por hora: "conociendo la violencia con la que sopla el viento en este lugar y el problema que plantea para los pasajeros, los estudiantes tomaron el desafío de realizar esta propuesta, con zonas completamente protegidas".
Para lograr minimizar estas condiciones climáticas, el proyecto se emplaza en el terreno que utiliza el actual aeropuerto de la ciudad, que se caracteriza por ser un terreno plano sin gran variación topográfica, donde el viento circula libremente. Para lograr protección, los estudiantes propusieron enterrar la propuesta en 2.5 metros, al mismo tiempo que proponen una cubierta que contiene y protege completamente el programa. La cubierta se levanta desde la cota 0, para buscar altura. De esta manera se genera un gran parque de vegetación autóctona con vista al Estrecho de Magallanes.
El proyecto considera también las horas menos de luz que posee la capital de la región de Magallanes y lo soluciona a través del uso de lucarnas para disminuir el gasto en luz artificial. Estas se emplazan en la cubierta dispuestas según el recorrido del sol, generando patios interiores o bien mezclándose con el parque. Ambos tipos de lucarnas, tanto las que entran al proyecto, como las que salen, aportan luz natural.
La estructura y revestimiento, se concibe en acero gracias a las virtudes de este material. Para los revestimientos interiores y exteriores, los estudiantes proponen Acero Corten, ya que resiste el clima extremo gracias a su proceso de oxidación, que crea una capa protectora.
Para ahorrar energía, los estudiantes proponen mantener una cubierta verde a través del sistema Green Roof, que permite plantar sobre un techo convencional. Este sistema está integrado por seis capas que se superponen a la cubierta del edificio para asegurar el correcto aislamiento de los materiales arquitectónicos y el crecimiento de vegetación sobre el techo. Este sistema además contribuye al aislamiento térmico, acústico y al manejo de las aguas lluvias. "Sin duda, era el mejor proyecto", concluyó Schmidt.
Jaime Matas, decano de la Facultad de Arquitectura, explicó que este nuevo edificio dota a la Facultad de Arquitectura de un moderno espacio dedicado al urbanismo, las artes y la arquitectura, posee 800 metros cuadrados y alberga una sala de exposiciones, vestíbulo y auditórium con capacidad para 300 personas.
El volumen emplazado a un costado del bello y señorial edificio de El Claustro, construcción declarada de alto valor histórico para la ciudad, tiene como característica su bajo perfil frente a su entorno: "quisimos ser muy respetuosos con el Claustro del 900, que es el que aloja a nuestra Facultad. Por eso, el nuevo centro se entierra y desaparece para no quitarle protagonismo al edificio principal", afirmó.
El profesional, asegura que desde el origen de este proyecto hubo un gran respeto por la antigüedad de El Claustro, que mantiene la configuración de una casa tradicional chilena. "La materialidad que utilizamos fue pensada para dar continuidad al entorno. Por eso utilizamos acero corroído en el exterior, con el objetivo de fundir lo nuevo con lo añoso", asegura.
Matas, explica que con este nuevo edificio El Claustro se transforma en el lugar ideal para estudiar arquitectura.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.