A propósito del pesimismo



SEÑOR DIRECTOR

Javier Sajuria, en su columna publicada ayer en La Tercera, yerra el blanco de su crítica: quienes estamos preocupados por el devenir de la Convención Constitucional no lo hacemos -o no exclusivamente- por el procedimiento de trabajo.

Si los artículos siguen un camino parecido al de las leyes en el Parlamento inglés o neerlandés es accesorio. La preocupación central, la fuente del pesimismo, radica en el contenido y redacción ambigua de las normas aprobadas, dando pie a todo tipo de interpretaciones. Ejemplo de lo anterior es la norma que consagra el aborto libre. Por un lado, ésta zanja un debate normativo sin dar un solo argumento moral para justificar una postura que es, a lo menos, debatible. Por otro, una lectura maximalista permitiría el aborto incluso en el mismo día del parto, algo que muchos consideramos no permisible.

El pesimismo tiene que ver con la forma, pero sobre todo con el fondo.

Pablo Zambrano

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