Buenas viviendas para buenas ciudades

El Plan para la Gestión de Uso de Suelo, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, busca focalizar la información de terrenos para evaluar y decidir proyectos sociales. Foto: Agenciauno

SEÑOR DIRECTOR

Hace unos días, en La Tercera el periodista Rodrigo Guendelman publicó la asertiva columna “Hubo un tiempo en que hacíamos ciudad”.

Sumo antecedentes. Hoy existe el Banco de Suelos del Serviu, gran oportunidad para transformar la ciudad. Habrá un aumento exponencial por parte del Estado para copar los requerimientos de vivienda: 135 mil, según el subsecretario Guillermo Rolando. Pero no se habla de la arquitectura y del diseño de esas viviendas.

Es necesario promover el desarrollo de concursos de arquitectura para elegir buenos proyectos; integrales respecto del barrio, de la ciudad y del urbanismo. Esas propuestas deben proyectarse para enfrentar problemas gravísimos como la delincuencia y el narcotráfico que, sabemos, destruyen los tejidos barriales y comunitarios. Estos proyectos deben dar oportunidades a las personas y promover una convivencia urbana y cívica modernas.

Igual de relevante es poner atención a los llamados a licitación a través del Decreto 108 (MOP). El riesgo es que las viviendas sociales se transformen en un negocio y dejen fuera su razón de ser: la mejor calidad de vida de sus habitantes, que depende de la buena calidad del diseño arquitectónico, de la construcción y del diseño de los entornos. Tenemos buenos ejemplos en Chile: Villa Frei y Villa Portales, obras tan reconocidas por la academia como por sus habitantes.

También es necesario pensar en la identidad que se puede desarrollar a través de los materiales. Un ejemplo histórico es el ladrillo fiscal, tan propio de las villas. Un material sensato y flexible a las expresiones contemporáneas de la arquitectura y del diseño, que asegura buena madurez de esas viviendas.

Cristóbal Fernández Ch.

Arquitecto

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