Chile exige más diálogo y acuerdos
SEÑOR DIRECTOR:
Ha culminado el segundo proceso constitucional pactado por las fuerzas políticas, a fin de cumplir el mandato ciudadano, que estableciera la necesidad de reformar la Constitución, mediante un plebiscito en octubre de 2020.
El primer acuerdo de noviembre de 2019, fue el que permitió el proceso constitucional que generó un proyecto que fue ampliamente rechazado por la ciudadanía, en septiembre de 2022.
Este segundo proceso también ha recibido un amplio rechazo en el plebiscito del 17 de diciembre recién pasado.
Ciertamente, ello da cuenta de un fracaso de quienes deben interpretar con certeza lo que la ciudadanía exige y demanda, situación que, de persistir, puede llevar a nuevas frustraciones y fracasos respecto de las necesidades y aspiraciones sociales, así como de las posibilidades de Chile de avanzar en su desarrollo.
Lamentablemente, las mayorías electas predominantes en ambos procesos constitucionales no fueron capaces de actuar con generosidad para proponer un proyecto que sintonizara con la ciudadanía, la que demanda más generosidad, equilibrio y sentido común.
Las lecciones que dejan ambos procesos, de ser mal interpretadas, podrían a llevar nuevamente a nuestras élites a una comprensión empecinada por los prejuicios ideológicos, reiterando políticas de confrontación y sectarismo.
Sin duda, la decisión electoral de la ciudadanía indica que hay una demanda por una gestión política con más capacidades de acuerdos, con más calidad en los debates y un mejor tono en la exposición de ideas. Necesitamos, sobre todo, mayor compromiso con la democracia y el pluralismo, erradicando la lógica de la hegemonía, aspiración que sale nuevamente derrotada con los resultados del plebiscito de este 17 de diciembre.
Ante ese escenario, la Masonería hace un llamado a pensar la política de una manera distinta a como se ha expresado, con menor tono confrontacional y puesto el foco en las prácticas democráticas.
En el mismo sentido, invita a poner en la negociación, la tolerancia y el diálogo todas las energías y voluntades, a fin de enfrentar los problemas más acuciantes que afectan a los chilenos, tanto en seguridad pública como en seguridad social, pero también, a través de una disposición de entendimiento, para mejorar la institucionalidad de la democracia de un modo desideologizado e integrador, y para trabajar de un modo decidido para dar progreso al país y construir certezas de un desarrollo perdurable.
Sebastián Jans Pérez
Gran Maestro de la Gran Logia de Chile
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