Opinión

Ciclovías y externalidades

Crédito: Municipalidad de Rancagua.

SEÑOR DIRECTOR:

En respuesta a las cartas de don Eduardo Villalón y Alejandro Montt, donde indican apoyar las ciclovías pero sin quitarle espacio al automóvil, cabe precisar que la ciudad no puede ser vista solo desde el punto de vista de los automovilistas.

Las calles son un bien público limitado y como tal, las políticas públicas y los proyectos de infraestructura deben propender a distribuir los espacios públicos hacia modos más eficientes de movilidad, en beneficio de la sociedad en su conjunto. Como tal, la bicicleta es el modo más eficiente que conoce la humanidad, ya que requiere la menor energía, ocupa un reducido espacio vial y no contamina. Al contrario, el uso del automóvil solo produce externalidades negativas. Por ello, el permiso de circulación cumple con el objetivo de internalizar, en una muy reducida parte, los efectos negativos de éstos, como la congestión, la contaminación, el desgaste de pavimentos, entre otros. En ningún caso puede ser considerado como un “derecho” para obtener un “producto”, ya que de esa forma estaríamos indicando que el uso del espacio público estaría restringido solo a un tipo particular de usuarios: aquellos que pueden y están dispuestos a pagar por usar el auto.

Cristóbal Pineda A.

Ex subsecretario de Transportes

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