Columna de Gabriela Clivio: Un tutti fruti

AGENCIAUNO


Por Gabriela Clivio es economista y miembro fundadora de CFA Society Chile.

Que hemos vivido tiempos difíciles a nadie le cabe duda. Lamentablemente algunos aún no entienden que, si bien la inflación hoy es un problema para todas las economías del mundo, parte de las causas del fenómeno en Chile tienen que ver con la liquidez que existió en el mercado el año pasado como consecuencia de los IFE y de los múltiples retiros. Eso no tiene nada que ver ni con la invasión rusa a Ucrania, ni con el alza de los combustibles, aun cuando la incertidumbre local tuvo sus consecuencias en la subida del dólar que el Banco Central trató de aminorar.

Ahora, como parte del compromiso por mejorar las condiciones laborales de las personas durante este año, el Gobierno se ha fijado la meta de alcanzar un ingreso mínimo de $400.000 brutos y mencionó que para las MiPymes (las grandes olvidadas hasta ahora junto con las Pymes) se diseñará un apoyo especial. Se vuelve a hacer hincapié en la Recuperación Inclusiva y se enumeran seis ejes: la reincorporación al trabajo formal remunerado, la inversión pública, el apoyo a sectores rezagados en la recuperación, el impulso a las MiPyMEs, la institucionalización de mecanismos de protección económica y social en momentos en que la pandemia empieza finalmente a dejarnos, entre otros. Junto con esto, se anuncia la condonación de las deudas del CAE, una medida regresiva ya que se benefician muchas personas de los quintiles más altos de la población con un costo de 2,5% del PIB, mientras que se discute una reforma tributaria (que debiera ser en realidad un pacto tributario) con un buscado aumento de la progresividad y poco se habla de lo poco que cambia el índice Gini antes y después de impuestos como si el aumento de la carga tributaria no ayudara a mejorar la distribución del ingreso. No parece quedar claro si queremos más o menos progresividad, pareciera que queremos recaudar más y punto.

Finalmente, el paquete de anuncios recientes, que dará $450.000 a los artistas sin justificación macroeconómica, sumado a la reforma tributaria, más que nada se asemeja a un tutifruti: una mezcolanza de iniciativas que poco racionalizan los recursos. Total, es fácil gastar de manera irresponsable cuando otros pagan la cuenta.

Por ejemplo, el Gobierno menciona que se invertirán US$ 1.386 millones en generación de empleo y apoyo a sectores rezagados; US$ 1.340 millones en ayudas directas a los bolsillos de las familias y US$ 1.000 millones en apoyo a las MiPyMEs, es decir, cerca de 1,25% del PIB. Lo cierto es que el mercado laboral ha recuperado alrededor del 85% de los empleos destruidos en la pandemia, pero nadie habla de los elevados niveles de informalidad en torno al 28%, casi el doble de lo que muestran otros países de la OCDE. Es cierto que la participación laboral permanece por debajo de las tasas observadas antes de la pandemia, en especial para jóvenes entre 15 y 24 años; los mayores de 54 años y para las mujeres entre 25 y 54 años. Son varias las razones identificadas para no participar del mundo laboral, pero es cierto que la inversión pública tiene un rol importante que jugar en la recuperación económica. El Gobierno ha mencionado aportes para las familias, y las empresas de menor tamaño, pero el congelamiento de los precios nunca ha sido una buena estrategia. La ampliación del Subsidio Protege a las trabajadoras con hijas e hijos de hasta cuatro años (hoy cubre a madres de menores de dos años) es sin duda una herramienta pensada para las mujeres y va en la dirección de una mayor progresividad y es una medida focalizada. Pero, por el contrario, la extensión del IFE laboral desde junio hasta septiembre de 2022 con foco en grupos prioritarios no parece recoger la preocupación que muestra el Banco Central con el desanclaje de las expectativas de inflación y el alza continua de la tasa de interés que finalmente impacta a todos los chilenos lo mismo que el alza de la UF. Finalmente, entre tanto anuncio se termina dejando de lado la necesidad de focalizar el gasto de los recursos fiscales.

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