Compleja señal ante nuevo retiro del 10%

Sala de la Cámara de Diputados aprueba en general segundo retiro del 10% con más votos que el primer proyecto

Junto con dañar gravemente las futuras pensiones, también se introduce un factor de desconfianza sobre la intangibilidad de los fondos.



La Cámara de Diputadas y Diputados aprobó por amplia mayoría -130 votos a favor y apenas 18 en contra- una nueva reforma constitucional para permitir el rescate de otro 10% de los fondos de pensiones, justificándose en la necesidad de mitigar los efectos sociales de la pandemia. Con dicha votación no solo se superó ampliamente el máximo quorum que establece la Constitución, sino que además logró un respaldo aun mayor que el primer retiro, el cual consiguió 95 votos a favor. El proyecto pasa ahora al Senado, donde todo parece sugerir que también encontrará acogida.

Pese a la popularidad que despierta esta medida, cabe lamentar que en el debate legislativo se hayan pasado completamente por alto los perniciosos efectos de una medida así, que eventualmente dejará sin ahorros previsionales a más de cuatro millones de personas, considerando ambos rescates. Ello implica que las pensiones de millones de personas se verán gravemente comprometidas en el futuro, por lo que es evidente que, en vez de estar resolviendo un problema, se está creando otro que traerá una muy pesada carga para el Fisco, por lo que cuesta entender los festejos de los diputados al término de la sesión.

La economía sigue fuertemente resentida, pero es un hecho que desde julio -cuando se votó el primer rescate- el cuadro ha ido lentamente repuntando, por lo que las razones que podrían justificar este nuevo retiro no aparecen sustentadas. La experiencia del primer rescate mostró el variado uso que se hizo de dichos fondos, revelando que una parte no menor fue a bienes que no son de primera necesidad. Por ello resulta inexplicable que ni siquiera hayan prosperado las indicaciones para que esta vez los retiros fueran tributables a partir de ciertos montos, algo que al menos habría introducido cierta dosis de equidad.

No se ha tomado suficiente conciencia sobre los precedentes que se están asentando. Por de pronto, ya no resulta creíble que estos retiros serán “excepcionalísimos”, devaluando la credibilidad de la política. Peor aún es que se desvalorice la importancia de la capitalización individual, alentando la expectativa de que los fondos ya no serán intangibles. Esto es grave, porque afecta gravemente la confianza en el sistema y puede inducir a nuevos retiros, profundizando el daño a las pensiones.

Es un hecho que el gobierno ha experimentado una nueva derrota política, pues la inmensa mayoría de su coalición le ha dado la espalda, a pesar de que el Ejecutivo había señalado que pretendía impedir que prosperara este rescate, para lo cual incluso había hecho reserva de constitucionalidad. Todo indica que el populismo también ha ido permeando en sectores del oficialismo, y que las dificultades para ordenar a la coalición se tornan cada vez más evidentes, lo que abre dudas si en la futura discusión constitucional el sector será capaz de resistir las pulsiones populistas o cuadrarse con la defensa de ciertos idearios. Pero también parece evidente que el Ejecutivo repite el mismo error que en el primer retiro, al carecer de la destreza para ofrecer programas de ayuda simples y directos, que sintonicen con el sentir de la población, enredándose en un sinfín de medidas que, aun cuando importantes, siguen dejando fuera a vastos segmentos, lo que hace entendible la molestia dentro de su propio sector.

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