Condonación del CAE


SEÑOR DIRECTOR:

Nominalmente, las deudas del CAE -el instrumento crediticio principal de la expansión educativa reciente- ascienden a US$ 10.500 millones, pero el Estado ya ha adquirido US$ 5.500 millones. Las deudas tienen, además, un valor real de mercado menor al nominal, pues buena parte no son ejecutables.

La morosidad ha crecido de manera estable mucho antes del anuncio de la condonación. En lo fundamental, no es atribuible al gobierno ni a “malos pagadores”; simplemente, el carácter inorgánico y no planificado de la expansión educativa encontró una estructura laboral que no fue capaz de absorberla como era esperado. Es un problema estructural.

Poco se habla de la irresponsabilidad del Estado en impulsar aquella expansión sin ninguna medida de control ni racionalidad global. Irónicamente, los mismos que crearon y festejaron esta bomba social -con discursos populistas sobre la sociedad del conocimiento y las clases medias-, hoy se oponen a una solución. Con ello, atizan la desconfianza ciudadana en las instituciones.

El orden social en las sociedades modernas no puede ser impuesto; debe ser legítimo. La condonación universal de la deuda estudiantil contribuye a ello, y el programa de gobierno -al cual hemos colaborado desde Fundación Nodo XXI en este punto- presenta criterios para hacerlo de manera responsable y solidaria. La condonación es una responsabilidad ineludible no solo del gobierno, sino del Estado.

Víctor Orellana

Mara Roitstein

Fundación NODO XXI

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