De borde a zona costera, un primer reconocimiento

SEÑOR DIRECTOR:
Este mes se desarrolló una sesión histórica en la Comisión Nacional de Uso del Borde Costero: luego de casi treinta años basando la gestión institucional en el erróneo concepto de “borde costero”, se decidió reemplazarlo por “zona costera”. Este importante cambio conceptual permitirá avanzar en un enfoque ecosistémico integrado en la planificación y ordenamiento territorial de la costa, logrando que el Estado empiece a hacerse cargo de la gestión y presión que la intervención antrópica ejerce sobre elementos naturales como dunas, humedales y biodiversidad, cuyo reconocimiento y resguardo a través de los instrumentos actualmente contenidos en la Política Nacional de uso del borde costero, como en la zonificación del borde costero, es inaplicable, insuficiente, e indicativa, pues elementos como estos se localizan generalmente en áreas que exceden la franja históricamente definida como “borde costero”.
Si bien este cambio de paradigma es clave, es importante entender que constituye el “desde”, pues no veremos cambios sustanciales si no logramos como país una ley de costas acorde a los desafíos climáticos evidenciados, por ejemplo, en el retroceso que viven actualmente nuestras playas, el cual está alcanzando aproximadamente a 1,5 metros al año. Este cuerpo normativo debe lograr materializar los cuatro ejes definidos por la CNUBC: enfoque ecosistémico, interés general, zona costera y fortalecimiento de la coordinación interinstitucional. Al mismo tiempo, la ley de costas constituye una demanda urgente que, por cierto, requiere una mirada prospectiva que contribuya al cuidado de la dinámica costera, sus playas, ecosistemas y comunidades que viven a su alero.
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Camila Sepúlveda Molina
Claudia Soto Acuña
Asociación de Geógrafas Feministas de Chile
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