Despersonalización

Aborto


Ha quedado del diálogo que hemos tenido con la Presidenta de la Comisión de mujeres y equidad de Género de la Cámara de Diputados, Maite Orsini, la tesis que la moviliza, aunque también las debilidades y riesgos de la misma. En la base de su argumentación política, se encuentra la tesis de que el embarazo - también en relaciones consentidas - constituye fundamentalmente una carga injusta impuesta a la mujer, que debe ser corregida reconociéndole, en base a su autonomía (reproductiva), la facultad de matar a su hijo en gestación.

Ya que las posiciones liberales reconocen, a partir del principio del daño, que el ejercicio de la autonomía tiene como límite la afectación de los derechos de “otro”, es que la tesis de la diputada exige el desconocimiento de la calidad de “otro” al hijo en gestación. Por tercera vez la diputada se ve expuesta a señalar que hay seres humanos que no son titulares de derechos humanos y pueden ser instrumentalizados. Pero, además, la diputada pretende apoyarse en una interpretación al art. 4.1. de la Convención Americana que no es enteramente coincidente ni con su sistemática ni con su historia.

El argumento, consiste en que dicha cláusula representaba una mejor técnica legislativa frente al modelo expuesto por el Proyecto de Declaración de los Derechos y Deberes Internacionales del Hombre presentado por el Comité Jurídico Interamericano (Documento CB-7, pp. 449 y ss.) de diciembre de 1947 y que utilizaba casos ejemplificadores: (…) Toda persona tiene derecho a la vida, inclusive (a) los que están por nacer, así como también (a) los incurables, dementes y débiles mentales.

De ninguna de las posibles interpretaciones se sigue que, para mejorar la protección jurídica de un grupo de sujetos se pueda desconocer el estatuto jurídico de otros. Queda en evidencia que la petición de principio expresada en la censura de la diputada a los asistentes a la comisión que preside de no tratar al no nacido como hijo, bebé niño o persona, está basada simplemente en premisas no fundadas de despersonalización. Por el contrario, la que he defendido aquí se basa esencialmente en la dignidad humana.

Soledad Alvear

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