SEÑOR DIRECTOR:
La solicitud de despliegue de militares en zonas urbanas que hizo el alcalde de Maipú ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de si corresponde recurrir a las FF.AA. para combatir las amenazas de seguridad pública.
Mucho se ha comentado sobre el entrenamiento y preparación de nuestros militares, así como en la necesidad de contar con unas reglas del uso de la fuerza pertinentes para el caso. Sin embargo, resulta relevante considerar un aspecto adicional en la discusión.
Decidir desplegar militares en las ciudades quiere decir que el problema ya no es de seguridad pública, sino que de seguridad nacional. O sea, la autoridad política ha sido superada al igual que las instituciones de control de orden público.
No es posible seguir pidiendo a los militares involucrarse en un problema del cual no se ha definido su naturaleza. Es hora de que las autoridades tomen decisiones y definan cuál es el grado de seguridad comprometido. Solo así se podrá hacer uso responsable de las herramientas del Estado.
Finalmente, es fundamental que dicha decisión cuente con la plena comprensión del fenómeno, de otra forma las acciones no serán eficientes para solucionar el problema.
Pilar Lizana
Investigadora senior Athenalab
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