Opinión

El valor de los equipos

Sebastián Cisternas/Aton Chile SEBASTIAN CISTERNAS/ ATON CHILE

Nunca hay que menospreciar el valor de los equipos humanos. Son ellos los que llevan a las empresas (y a los gobiernos) al éxito o a las derrotas. Vean cualquier caso de una empresa en quiebra, y siempre encontrarán detrás del problema a un “equipo fallido”; y cuando vean a otra empresa, esta vez de gran éxito, verán detrás de ella a un gran equipo humano. Y los equipos necesitan obviamente un liderazgo, ya que un muy buen equipo profesional y humano, sin un liderazgo fuerte, se dispersa, descoordina y termina derrotado.

Las virtudes del liderazgo tampoco pueden ser pasadas por alto. En el Ejército de Chile (vencedor, jamás vencido) están definidas nítidamente: carácter (sin él no hay posibilidad alguna de liderazgo), inteligencia (los equipos captan rápidamente la estupidez del mando) y, la más interesante de todas, abnegación: la capacidad de ponerse en los zapatos de cada miembro del equipo, compartir sus esfuerzos, y en el caso del combate, dar la vida por ellos. Hay mucha gente con carácter, pero además con inteligencia, es mucha menos. La abnegación es muy escasa: no forma millonarios, forma héroes y mártires. La abnegación es un condensado de lo que ahora llaman “habilidades blandas” o inteligencia emocional, que permite dirigir equipos, dialogar, saber dónde apretar y dónde soltar. No usa como herramienta el miedo (que paraliza), sino la motivación para vencer sin miedo.

Y para dirigir un país (y su enorme sector público) se requieren grandes equipos y grandes liderazgos. Ahora que vamos a elegir un nuevo gobierno, hay que fijarse en quién tiene los mejores equipos, y dónde está el liderazgo que combina carácter con inteligencia y abnegación. Hoy la izquierda carece no sólo de grandes liderazgos, sino también de equipos técnicos y políticos de excepción. De hecho, los mejores que tuvieron en el pasado, hoy militan en Amarillos, o firmaron una carta de apoyo a la candidata de centroderecha. Y seguir con los equipos de este gobierno -que sería su única opción- es como ver un choque de trenes en cámara lenta -autogoles cada día, errores no forzados día por medio e ineptitud comunicacional, que fue un punto fuerte y notable históricamente de la izquierda-. Y por eso (y mil razones más) la izquierda no es opción ahora.

La verdadera lucha está en la derecha. Entre una candidatura con equipos fogueados, que probaron su calidad con un terremoto tremendo, una crisis sanitaria nunca vista, y también con incendios graves. Y que además fue capaz de agrupar gente de una diversidad nunca antes vista, lo que se debe a su liderazgo capaz de dialogar, de convencer y de estructurar un plan de gobierno al detalle. Y se enfrenta a otras derechas que no tienen equipos probados (son como nuevos Frentes Amplios, muy a la derecha), con consignas sonoras, pero sin planificación real, y sin equipos técnicos que las lleven a cabo. “Mano dura” dicen. Y uno se pregunta cómo lo harán. Y no hay respuestas concretas, sólo consignas ruidosas. Y no hay respuestas, porque detrás de esas consignas no hay planes ni equipos para llevarlas a cabo.

No despreciemos el valor de los equipos probados y fogueados. Y veamos qué liderazgo nos muestra carácter, inteligencia y abnegación.

Por César Barros, economista

Más sobre:EleccionesCandidaturasEquiposExperiencia

La mejor información para estas elecciones🗳️📰

Plan digital$990/mes SUSCRÍBETE