El viaje a la gloria de Martín Vidaurre
Cuando partimos, el 2015, lo primero que hicimos fue empezar a armar un equipo. Contábamos con la gente del CAR, pero había complicaciones, les cuesta entender cómo funciona el alto rendimiento. Eso apuntó a salir de ahí. Terminamos armando un equipo particular, con nutricionista y también la parte psicológica. Es un aspecto fundamental.
Fernando González una vez me comentó que a Martín había que sacarlo fuera de Chile, para codearse con los campeones y que sea algo habitual estar con la élite mundial. Que no se desestabilice psicológicamente y que cuando llegue a competir no les tenga miedo a los rivales. Respeto, pero no miedo.
Ahí empezamos a ver cómo protegerlo psicológicamente. Con 17 años, hicimos la primera gira a Europa y recibió una paliza. Salió más allá del lugar 30 en su primera carrera allá, pero fue puro aprendizaje. Martín, acostumbrado a ganarlo todo, tuvo que darse cuenta que los chicos allá son brutales. Tenía que aprender a perder para luego en el futuro, llegar a ser un ganador.
Martín es un súper dotado. En lo físico, técnico, táctico, que lo ha ido mejorando y puliendo con el paso de los años. Pero en lo psicológico también es un súper dotado. Primero porque tiene la bestial garra Vidaurre, que viene del papá, que lo tiene también Catalina, su hermana. Nada los detiene. Tienen mucha fortaleza mental. Súmale a esto además la herencia del abuelo materno de Martín que es otra historia de grandeza y superación en base al esfuerzo.
Aquí también hay un tema de paciencia. Él no esperaba lo difícil que es llegar a la élite. Cuando se es junior, se compite contra el año de nacimiento y otro más, que puede ser más grande o más chico. Cuando se llega a Sub 23, son cuatro años. Pero cuando se llega a la élite, las diferencias de edad pueden ser de hasta 15 años.
Al entrar a la élite, el mayor problema es que Martín se fuera dando cuenta que esto implicaba más entrenamientos, más sacrificio y un aprendizaje táctico que no se consigue en la farmacia ni con una varita mágica, solo se consigue con la experiencia. Siempre lo que hemos enfatizado desde sus inicios es la importancia del “proceso”.
Este es su tercer año en la élite y ya es el momento en el cual Martín va a empezar a brillar, metido en el top 5 mundial. En lo personal, creo que Martín va a llegar a ser el número uno. Si se lo propone, y tengo claro que es así, tiene todas las posibilidades de conseguir una medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Ese es el sueño.
Por Jorge Cajigal, doctor en ciencias del deporte y entrenador de los Vidaurre.
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