“Gente como uno”

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SEÑOR DIRECTOR:

Daniel Matamala, en su columna titulada como esta carta y dedicada a denigrar a Jaime Orpis, me alude junto a otras personas por hacer ver la injusticia que significa que no se le haya concedido la libertad condicional, cumpliendo los requisitos para ello, excepto porque según un informe “muestra una conducta procriminal”, insinuando con ello que podría volver a cometer el delito del que se le acusó, cohecho o fraude al fisco, lo que hoy resulta imposible. El punto que pareciera querer enfatizar Matamala es que defendemos a uno de entre cerca de mil personas a las que se les niega el beneficio.

Efectivamente, Jaime debe ser probablemente uno de los únicos que conozco de ellos y, justamente porque lo conozco, decidí apoyarlo con un tuit. Él es una persona que ha dedicado su vida a ayudar a los necesitados destruidos por la drogadicción y su actuación en política ha sido presionada por sus amigos, jamás por el ánimo de enriquecerse, como insinúa Matamala. Esto lo llevó a cometer errores en el financiamiento de sus campañas y es el único político preso por ello, pese a que era una práctica común. Cohecho no cometió, ni cedió tampoco al negocio que le ofrecía la Fiscalía de declararse culpable a cambio de una rebaja de la pena.

Defiendo a Jaime Orpis, quizás el de mayor catadura moral, porque Chile, alentado por Matamala y otros, lo eligió entre todos los políticos que incurrieron en el financiamiento irregular de sus campañas para mandarlo a la cárcel. Daniel Matamala reconoce que es el único preso por ese motivo y no ve en ello una injusticia, sino que ésta estaría en que los demás no estén presos.

Eso es un facilismo: la justicia funciona muy mal si entre 100 que no son justos elige encarcelar al mejor de ellos; también si es que acusa y/o condena por homicidio frustrado a un policía, facultado por la institucionalidad a ejercer el monopolio de la fuerza, cuando persigue a alguien que violentamente ataca a personas y bienes y resulta lesionado.

El asalto al poder de los políticos que apoya Matamala, y que hoy nos gobiernan, utilizó la violencia como método de acción política y la captura de la justicia para dar ventajas a los suyos. Afortunadamente, los chilenos se han dado cuenta de ello y los repudiarán masivamente en las urnas. Mal que le pese a Daniel Matamala.

Luis Larraín

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