Humberto Maturana



SEÑOR DIRECTOR

Me alienta ver tantos reconocimientos a Humberto Maturana por sus aportes al conocimiento, a la ciencia, al país y a que los humanos encontremos mejores maneras de vivir. Entre sus aportes hay uno que considero esencial: “los humanos no somos solo seres racionales sino sobre todo emocionales”. En pandemia hemos experimentado esto con más claridad y fuerza que nunca antes. Y hemos descubierto que no sabemos cómo abordar nuestras emociones o cómo relacionarnos con ellas especialmente con las más fuertes como en estos tiempos del país. ¿Qué son, de dónde surgen, para qué están, qué hacer con ellas? Es la ocasión, parece, de ayudarnos leyendo y aplicando lo que nos enseñó Maturana. Sería no solo en beneficio propio, sino también para el de todos nuestros seres queridos, para nuestras relaciones con cercanos y lejanos, para nuestra sociedad entera, que tanto lo necesita.

Quienes están experimentando con más fuerza hoy el imperativo de eso, creo, son los profesores, en el vasto mundo de la educación donde se forman las nuevas generaciones de una sociedad. Ante el agobio de hacer clases por Zoom, ellos lo expresan como “la necesidad de considerar los factores socioemocionales en la educación”. Si esos factores se incorporaran bien al proceso pedagógico no solo mejoraría la calidad de la educación, sino tal vez se empiecen a formar integralmente a mejores personas y una mejor sociedad. No será inmediato, pero en algunos años puede llegar. A esto debiéramos dedicarnos con fuerza, incluso para cuando volvamos a clases presenciales que son tan necesarias. Pero no ocurrirá solo; necesitamos aplicarnos y unir fuerzas. Empecemos por rendirle un homenaje a Maturana leyendo sus libros con una mirada nueva. Un sabio que antes no entendimos. Ahora sí.

Ernesto Tironi

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