Irak, una guerra olvidada



SEÑOR DIRECTOR:

Se cumplen 20 años de la invasión de EE. UU. a Irak. Después de la retirada norteamericana y la formación de un gobierno de unidad nacional no se ha logrado mantener la paz interna y respetar los derechos políticos y religiosos de las diversas etnias.

La invasión en 2003 fue cuestionada por la comunidad internacional. El conflicto causó 4.400 bajas estadounidenses, 100.000 civiles iraquíes, la destrucción de la infraestructura física y un costo de un billón de dólares.

Persisten las tensiones étnicas y religiosas entre chiitas, sunitas y kurdos, lo que pone en riesgo la integridad y unidad territorial del país. La democracia no puede imponerse por decreto y la conquista militar en países con diversa cosmovisión cultural y religiosa, que nunca la han conocido. El proceso de pacificación interna y la reconciliación nacional ha sido retórica y sin resultados. Este conflicto fundado en la doctrina de la guerra preventiva y el unilateralismo, afectó la credibilidad de Naciones Unidas, vulnerando la legalidad internacional y su carta constitutiva en su capítulo séptimo que autoriza el uso legítimo de la fuerza como una decisión colectiva. La existencia de armas de destrucción masivas como razones invocadas para la invasión no fueron encontradas y el país aparece hoy más inseguro y olvidado.

Chile, fiel a los principios de su política exterior de promoción de la paz, se opuso a la guerra en un gesto de independencia del Presidente Ricardo Lagos que ha sido reconocido por la comunidad internacional.

Nelson Hadad Heresy

Ex embajador de Chile en Misión Especial en Irak

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