La ciudad no debe ser un obstáculo para la vivienda
SEÑOR DIRECTOR:
La vivienda es la base de la ciudad y la planificación urbana es la herramienta para organizarla y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Procurar condiciones adecuadas en la ciudad, que faciliten el acceso a la vivienda, es la esencia de la planificación y la prioridad ética del ejercicio urbanístico.
La planificación de las ciudades no debe ser un obstáculo para la vivienda. Pero en Chile, donde el déficit habitacional es de 670 mil hogares, los municipios a menudo restringen nuevas edificaciones, sin importar si esto trae como consecuencia frenar nuevas viviendas, desentendiendose de los “sin casa”, incluso si son sus propios vecinos. Cuando las decisiones políticas de ciudad se desconectan de las necesidades de la vivienda, sólo pueden profundizar el déficit o redireccionarlo a la informalidad, lo que ya pasa en el país, con más de 110 mil familias viviendo en campamentos.
La Ley de Integración Social de 2022 se hizo cargo y dio herramientas para que los planes reguladores puedan aportar a la solución del problema habitacional o, por lo menos, no profundizarlo. En efecto, establece la obligación de incluir normas que incentiven y/o resguarden la construcción de viviendas de interés público. Desde su publicación, todos los planes reguladores deben contemplar normas para que los nuevos proyectos destinen cierto porcentaje a viviendas sociales, obteniendo a cambio una mayor densidad o altura de edificación. Podrían ir aún más lejos, obligando a definir una mayor densidad donde el Estado ha invertido en redes de transportes, parques urbanos, estaciones de metro, equipamientos de salud o educación.
Sin embargo, este detonante legislativo sigue siendo letra muerta, ya que su aplicación requiere actualizar todos los planes reguladores del país, un proceso burocrático y lento que toma en promedio ocho años, dejando la mayoría de los planes desactualizados y desconectados de las necesidades ciudadanas.
La paradoja que vive la planificación urbana en Chile es difícil de entender: el país cuenta con una Ley para que los planes reguladores faciliten la reducción del déficit, pero su aplicación se frena por normativas que retrasan su incorporación.
La crisis habitacional es también una crisis de las ciudades. Por lo que destacamos el ingreso del proyecto de ley que busca agilizar los tiempos de aprobación de los planes reguladores a la Cámara de Diputados. Reduciendo sus tiempos no sólo permitirá que la planificación urbana llegue con soluciones oportunas, sino también habilitaría una herramienta poderosa para enfrentar el déficit habitacional.
Sergio Baeriswyl R.
Premio Nacional de Urbanismo y Director de Déficit Cero