Libertad de educación
SEÑOR DIRECTOR:
Dentro de los avances de la propuesta constitucional, se incluye uno que llama particularmente la atención en materia educacional, a saber, que los contenidos curriculares mínimos que fija el Estado para la educación parvularia, básica y media no podrán demandar en su uso más de la mitad de las horas lectivas de las que se disponga.
Hay quienes frente a esta media -parlamentarios, inclusive- consideran que se verá afectada la calidad de la educación chilena, pues con el retroceso del Estado se abre un espacio antes clausurado a los padres de elegir la educación de sus hijos. Y, como es natural, los padres pueden fallar al momento decidir, causando así que sus hijos no reciban la mejor educación. Pero, ¿acaso el Estado no puede fallar también? Es más, ¿no está ya fallando hoy? Nadie puede negar las múltiples falencias de la educación estatal.
Y es que no hay métodos infalibles a la hora de educar; tanto los padres como el Estado pueden equivocarse -como, de hecho, lo hacen-. Entre otras razones, por eso la educación de los niños no la determina quien elige “mejor”, sino que la determina quien tiene el derecho de hacerlo. Y, dado que los niños son hijos antes que ciudadanos, es justo que ese derecho recaiga preferentemente sobre los padres, aunque, como le preocupa a algunos, se puedan equivocar.
Alejandro Cifuentes Morales
Lo último
Lo más leído
2.
4.
6.
Este septiembre disfruta de los descuentos de la Ruta del Vino, a un precio especial los 3 primeros meses.
Plan digital + LT Beneficios$3.990/mes SUSCRÍBETE