Máscaras para salvar vidas

SEÑOR DIRECTOR
“Drama en las residencias: 1.517 ancianos muertos por coronavirus en toda España desde que comenzó la crisis”, fue el titular de la cadena española Ser. En Chile, los más de 27 fallecidos son en su mayoría adultos mayores, con patologías de base, y uno de los más jóvenes un hombre en situación de calle.
Es de vida o muerte, entonces, que el virus no entre a residencias y hospederías donde esta población de alto riesgo está en cuarentena. Hay que protegerlos y en esa defensa son esenciales elementos tan sencillos pero escasos, como las mascarillas.
En el Hogar de Cristo atendemos a casi 4.500 personas en 144 programas residenciales en todo Chile: adultos mayores; hombres y mujeres con discapacidad mental y enfermedades de base; personas que han conocido la vida en calle, el envejecimiento y deterioro prematuro.
Para evitar que sean víctimas del virus, los trabajadores que los cuidan deben extremar las medidas de seguridad para no convertirse ellos mismos en vectores de contagio. Basta que uno se contamine para que se produzca lo que los expertos llaman un clúster; es decir, un brote en racimo, como ha pasado en Madrid.
Tenemos órdenes de compra en Chile y el extranjero, pero de aquí a varios días, no contamos con mascarillas. Por eso pedimos con urgencia a las autoridades sanitarias que nos apoyen. A diario, necesitamos 8.000 mascarillas, 4.572 pares de guantes diarios, 1.524 trajes de aislamiento, 9.144 más visores desechables y cerca de 800 litros de alcohol gel, con los que no contamos. La vida de casi 4.500 seres humanos vulnerables depende de que consigamos esos insumos básicos.
Paulo Egenau
Director social del Hogar de Cristo
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