Nueva educación pública

El ministro de Educación Marco Antonio Ávila en su Cuenta Pública Participativa este lunes.
Foto: Karin Pozo / Agencia Uno.


SEÑOR DIRECTOR:

El ministro de Educación presentó hace unos días en el Congreso el avance de la instalación de la Nueva Educación Pública (NEP), dando cuenta de una serie de nudos, que ya se venían evidenciando hace tiempo.

Por una parte, y a pesar de que la entonces oposición argumentaba falta de voluntad por parte del gobierno, es claro que debido a su envergadura, no es posible instalar los Servicios Locales (SLEP) en el plazo por la ley, razón por lo que se discute actualmente un proyecto para aplazar su entrada en vigencia.

Con todo, los problemas que enfrenta la NEP no se resuelven sólo con aplazar el calendario, ni se refieren sólo a la instalación de los SLEP, como la irresponsabilidad de los municipios en la entrega de información, o la dificultad para ocupar los cargos profesionales idóneas. Muchos tienen que ver con un mal diseño de la ley, como es el diseño territorial de los SLEP, que en algunos casos abarca la región completa, u otros donde sólo un SLEP deberá hacerse cargo de más de 200 establecimientos. También, con no haber previsto las consecuencias de que la NEP pasara a ser un Servicio Público, o incluso con la percepción que las propias comunidades educativas se han hecho respecto de los SLEP.

Lamentablemente no vimos en la presentación del ministro una mirada sobre la envergadura de estos problemas de fondo. Más bien hubo un análisis descriptivo y soluciones futuras para la instalación. Sin embargo, no podemos olvidar que el objetivo de la desmunicipalización era mejorar la calidad de la educación para los estudiantes, por lo que no podemos dejar de lado los temas más relevantes que enfrenta la política.

Magdalena Vergara

Directora de Estudios IdeaPaís

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