SEÑOR DIRECTOR:
Qué duda cabe que apremia contar con una nueva ley sobre Reglas del Uso de la Fuerza para las Policías, así como una que modernice la Inteligencia del Estado, ambas comprometidas por las autoridades a ser tramitadas con urgencia.
Sin embargo, no todo se reduce a nuevas leyes, como si esto fuera la única manera de mejorar el rol del Estado frente a esta grave crisis de seguridad.
Hoy más que nunca las autoridades de gobierno debieran estar trabajando en reasignaciones presupuestarias y modificaciones administrativas (hasta hoy prácticamente inexistentes) que inyecten recursos a las policías y a Gendarmería en capacitaciones, dotación y equipamiento, fortalezcan los buenos programas de prevención y asistencia a víctimas, entre otras medidas que perfectamente pueden comprometerse.
No parece correcto que la mejora del rol del Ejecutivo en esta materia esté condicionada a una reforma tributaria de la que se sabe muy poco y que, con suerte, entrará en vigencia el próximo año.
Esperemos tener noticias muy pronto acerca de nuevas acciones gubernamentales que contribuyan a paliar esta crisis mediante una gestión eficiente de los actuales recursos fiscales.
Las frases generales ya están de sobra, pues como dice un viejo dicho: obras son amores y no buenas razones.
Sergio Morales
Coordinador del Observatorio del Comercio Ilícito y Seguridad de la Cámara Nacional de Comercio
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