Pensión básica universal: una buena política pública


SEÑOR DIRECTOR

La propuesta de avanzar hacia una Pensión Básica Universal (PBU) gana adeptos, entre los cuales me cuento. Y no se trata de defender la universalidad de derechos en ningún caso, sino de implementar una buena política pública, que combine al mismo tiempo objetivos de equidad y eficiencia. Las reglas del actual pilar solidario previsional generan efectos negativos, tanto en el ahorro como en la formalidad laboral, que son reconocidos por todos, pero inevitables en un contexto de escasez de recursos. Sin embargo, las propuestas de reformas en el sistema de pensiones que están sobre la mesa, y que no logran concitar acuerdos, tienen también costos fiscales muy significativos, si sumamos la reciente propuesta del Ejecutivo de ampliar el Pilar Solidario y el elevado costo fiscal del aumento de la cotización de 6%, generando además daños importantes en la formalidad laboral y en los incentivos al ahorro. Terminaríamos además con un sistema de pensiones extremadamente complejo, no solo en su implementación, sino también en términos de la comprensión del mismo por parte de los ciudadanos, a pesar de que sabemos que el déficit de educación previsional es una de las causas del problema que enfrentamos.

Dado lo anterior, es que parece mucho mejor desde todo punto de vista establecer una PBU equivalente a la línea de pobreza, que se empiece a pagar a una edad indexada a la expectativa de vida. Con esto se cumple el objetivo de un sistema de seguridad social de evitar pobreza en la vejez, y todo aquel que quiera una situación mejor, debe complementar con su ahorro esa pensión universal. De esta forma se resuelve el problema de las pensiones, se establece una edad de jubilación alineada con la expectativa de vida, y se fomenta la formalidad laboral y el ahorro. Los recursos fiscales faltantes, cercanos a US$ 1.500 millones en régimen, se compensan en el mediano plazo con el desarrollo económico, producto de la mayor eficiencia generada. Se trata finalmente de asignar en la forma más eficiente y equitativa posible recursos fiscales que son y seguirán siendo muy escasos.

Cecilia Cifuentes

Directora Centro de Estudios Financieros ESE Business School

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