“¿Por qué mantener el Simce?”

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SEÑOR DIRECTOR:

Magdalena Vergara, en su carta publicada el domingo y titulada como ésta, se equivoca al insinuar que no somos conscientes de la magnitud de las consecuencias de la pandemia. Cualquiera que conozca una escuela, o un profesor, sabe que cuentan con herramientas para sopesar dicha magnitud y así lo han hecho. El Mineduc y la Agencia de Calidad, a su vez, cuentan con los datos de la prueba de diagnóstico para tener una idea global.

Una de las consecuencias más evidentes de la pandemia ha sido la gran diversidad de obstáculos que enfrentan las escuelas, de la que no da cuenta una prueba estandarizada. Además, el Simce no entrega información relevante para mejorar los aprendizajes, pues llega a destiempo y no entrega datos por estudiante. Es la evaluación formativa en los espacios educativos la más útil para las escuelas. A nivel central, una prueba muestral permite obtener un panorama nacional.

Las únicas medidas que se han tomado gracias al Simce han sido presionar a las escuelas, amenazando con cerrarlas de no aumentar sus puntajes, y visitas intensivas para aquellas con peores desempeños, cuya efectividad para mejorar aprendizajes no está respaldada en evidencia. Lo que sí es evidente es el estrés al que están sometidas las comunidades escolares, por lo que reponer la presión que ha puesto el Simce sobre ellas no pareciera aportar ni al aprendizaje ni a resolver las apremiantes dificultades de convivencia.

Paulina Contreras Leiva y Tamara Rozas

Universidad de Chile

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