Promesas de seguridad



SEÑOR DIRECTOR:

Se dice que el triunfo del Partido Republicano en el Consejo Constitucional se debe más a un tema coyuntural que constitucional. La inseguridad que afecta a la población sumada a la percepción de prácticas criminales importadas fueron capitalizadas por la extrema derecha. Pero en caso de gobernar, ¿podría el Partido Republicano resolver el problema de seguridad?

En mi país (México) han gobernado las tres fuerzas políticas con la promesa de resolver la inseguridad. La derecha de Calderón propuso la “Guerra contra el narco”, que instaló una campaña publicitaria de “victorias” sin traer la tranquilidad deseada. Al atacar a los grandes cárteles, la violencia se incrementó, pues nuevos grupos se disputaron los territorios. Las elecciones de 2012 las ganó Peña Nieto, del PRI, partido que había negociado durante décadas con los grandes cárteles, manteniendo una “paz pactada”. Sin embargo, el mercado se había transformado con el cierre de la entrada de narcóticos por el Caribe y los cárteles habían diversificado el negocio de los ilícitos a secuestros y extorsiones, e incluso el tráfico ilegal de petróleo. En 2018 ganó López Obrador, trayendo la estrategia de “abrazos no balazos”, que proponía cesar la persecución de la sangrienta guerra contra el narco y crear un ejército social. La realidad es que seguimos con balazos y se le otorgó un gran poder a las Fuerzas Armadas.

Alejandro Hope, el mejor analista de seguridad en México, quien falleció la semana pasada, explicaba que poco importa qué partido gane para resolver el problema de seguridad; la solución implica voluntad política de todos los sectores en conjunto. Los votantes chilenos podrían ser traicionados por la nostalgia de “Hace diez años esto no pasaba en Chile” sin exigir un programa viable, sacrificando logros democráticos y derechos en pos de un “orden” que podría no volver.

Miriam Jerade

Académica Fac. de Artes Liberales, UAI

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