Opinión

Riesgosa reducción de jornada laboral

Trabajadores Pyme

Resulta curioso que parlamentarios de varios partidos de oposición le estén dando un efusivo apoyo al proyecto -impulsado por una diputada del Partido Comunista- que rebaja las horas de trabajo semanales de 45 a 40, en momentos en que el desempleo ha aumentado y la cuarta revolución industrial está dando solo sus primeros pasos en materia de sustitución laboral.

Para nadie es una sorpresa que la mayoría de las personas anhela trabajar menos y ganar más -o lo mismo-, pero eso no siempre es económicamente viable. En la práctica, para que se dé un resultado como ese, la reducción horaria tiene que ser compensada por un aumento equivalente de la productividad.

En una discusión donde empiezan a abundar los mitos, es necesario poner atención en los reales efectos de una medida como esta. En el concierto latinoamericano, en Chile se trabaja jornadas equivalentes a las del resto de los países comparables, y aunque en relación con los países OCDE las jornadas de nuestro país son relativamente más altas, esto en buena medida responde a que los niveles de productividad de la mano de obra chilena figuran entre los más bajos entre los países desarrollados.

Un estudio reciente publicado por el Banco Central de los economistas Castex y Dechter (2017), evaluó los impactos que tiene una reducción de horas de 45 a 40. El estudio revela que una rebaja a 40 horas semanales tiene efectos negativos en la participación laboral y en las remuneraciones de los trabajadores, donde los más afectados son aquellos con baja productividad. En otras palabras, el límite horario termina impactando negativamente a los mismos trabajadores que se busca beneficiar.

Esto es especialmente sensible en el marco del proceso de automatización que viven muchas industrias. Diversos estudios anticipan que una parte importante de los empleos son susceptibles de ser automatizados, sobre todo aquellos de baja productividad y alta mecanización. Son justamente estos empleos los que más sufrirían con una rebaja horaria y por lo tanto la nueva legislación no haría otra cosa que acelerar el proceso de sustitución, al encarecer artificialmente el costo laboral asociado de este grupo más vulnerable.

Otro elemento a tener en cuenta es su impacto en la capacidad de crecimiento de la economía. El cálculo del PIB tendencial considera como uno de sus insumos las horas trabajadas, que junto al stock de empleo y los años de escolaridad muestran el aporte del factor trabajo al crecimiento. Una rebaja como la propuesta tendría efectos en el nivel del PIB de tendencia y por lo tanto en la capacidad de crecimiento del país. Es sintomático que luego de la rebaja de 2005 (de 48 a 45 horas), el PIB tendencial cayó sistemáticamente desde un 4,6% ese año (que fue el último máximo conocido) hasta el 2,1% en 2010.

Más allá de si un proyecto como este es o no constitucional, lo responsable es evaluar los verdaderos efectos que tendrá en los trabajadores chilenos y la capacidad de crecimiento de la economía. De lo contrario, puede transformarse en el inicio de un camino plagado de iniciativas muy populares, pero altamente perjudiciales.

Más sobre:Editorial

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Piensa sin límites. Accede a todo el contenido

Nuevo Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE