Un insulto a la justicia

Celestino Córdova cumple condena por el crimen de los Luchsinger.


SEÑOR DIRECTOR:

Las cosas como son, Celestino Córdova no es un mártir, es un asesino. No hay vuelta que darle. Mientras algunos pretenden vestirlo como machi o comunero mapuche, no podemos olvidar que está cumpliendo una condena de 18 años por ser coautor del brutal crimen del matrimonio Luchsinger Mackay en 2013. Llamémoslo por lo que es: un criminal.

El problema no solo radica en la figura de Córdova, sino en las decisiones del Poder Judicial. Mientras el Ministerio Público y las fuerzas policiales realizan su labor deteniendo a estos criminales y recabando pruebas, los tribunales otorgan libertad condicional, desestimando incluso las objeciones de Gendarmería, que argumentaba que Córdova no cumplía las condiciones y ni siquiera mostraba arrepentimiento.

Estas decisiones son un insulto para la justicia. ¿Cómo pretende el Poder Judicial ganar respeto y confianza cuando liberan a individuos que deberían permanecer tras las rejas? Los tribunales se han convertido en instituciones desprestigiadas gracias a estas decisiones, permitiendo que criminales caminen libres.

Y no podemos dejar de señalar a aquellos que defienden lo indefendible. La diputada Ericka Ñanco, al oponerse a que el gobierno apelara esta libertad condicional, se convierte en cómplice indirecta de estos actos criminales; más cuando su actitud permanentemente es avalar cada atentado y justificar el uso de la violencia.

Basta de encubrir la realidad. No pedimos nada extraordinario, solo que se hagan juicios coherentes y que aquellos que cometan crímenes graves paguen por sus acciones. Es hora de decir las cosas como son y poner fin a esta forma de ocultar la verdad. La ciudadanía merece justicia, no impunidad disfrazada de libertad condicional.

Patricio Santibáñez

Pdte. Multigremial de La Araucanía

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.