Opinión

Un necesario control de las armas

La reciente modificación para fiscalizar y regular mejor la tenencia de armas por parte de civiles es un paso importante, pero sigue siendo indispensable reforzar el control de armas ilegales, cuya proliferación constituye un evidente riesgo.

La reciente promulgación de la norma que modifica la ley de control de armas, con el objeto de fortalecer la fiscalización así como la institucionalidad a cargo de esta importante función, es un paso que era necesario, atendida la realidad de que en el país sigue existiendo una importante cantidad de armas en manos de civiles que no están registradas -estimaciones al 2018 indicaban que su número superaba los 1,5 millones, duplicando el número que sí consta en registros oficiales-, lo que da cuenta de la necesidad de reforzar las herramientas a fin de ir reduciendo estos números.

Conforme ha explicado la autoridad, la nueva normativa incorpora una serie de modificaciones que hacen más estricta la legislación en materia de posesión, tráfico y utilización de armas de fuego. Dentro de los cambios introducidos, expresamente se prohíben las armas adaptadas y silenciadores, regulándose también lo referido a armas de fogueo o juguete, que pese a su inocente apariencia pueden ser modificadas para convertirse en artefactos letales. Respecto a las sanciones, la venta de municiones a personas no autorizadas pasa a ser delito, y se endurecen las penas por entregar armas a menores de edad; asimismo, se crea el delito de adulteración, alteración o destrucción del sistema de trazabilidad de las armas, en tanto que se establecen requisitos más exigentes para la inscripción de armas.

Estas modificaciones permitirán una mejor fiscalización, ayudarán a las policías en la investigación de delitos y deberían disminuir la posibilidad de que las armas terminen en las manos equivocadas. Con todo, este avance no debe hacer perder de vista que el mayor problema sigue estando en la enorme cantidad de armamento que circula ilegalmente, y del cual se nutre la delincuencia.

Diversas investigaciones periodísticas han puesto de relieve la facilidad con que hoy se pueden conseguir armas en el mercado informal, donde reviste especial preocupación que sobre todo menores de edad estén accediendo a armamento que en muchos casos es de grueso calibre. La mayor circulación de armas parece estar estrechamente correlacionada con el aumento de bandas dedicadas al narcotráfico, pero también al aumento de delitos de mayor connotación, donde el uso de armas de fuego es por lejos el elemento más utilizado.

La ciudadanía ha sido fuertemente impactada en días recientes por la serie de violentos homicidios que ha tenido lugar en los primeros días del año, un hecho que, si bien puede ser fortuito, en la mayoría de estos casos los crímenes se han perpetrado mediante el uso de armamento. Los datos son concluyentes en cuanto a que del total de homicidios cometidos en los últimos años, el 40% ha sido producto del uso de armas de fuego, principalmente revólveres o escopetas, y su uso está especialmente masificado en pandillas o grupos organizados. De allí que ninguna política de combate a la delincuencia y narcotráfico estará completa mientras no exista un control mucho más estricto de las armas.

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