Un retorno a clases que no puede seguir siendo postergado



Las reuniones que esta semana sostuvieron distintos estamentos con el gobierno a fin de trazar un plan de retorno seguro a clases se ha vuelto a topar con la reticencia del Colegio de Profesores, al insistir que aún no están dadas las condiciones para ello. A pesar de que el Ministerio de Educación ha establecido que a comienzos de marzo deberían volver gradualmente las clases, el gremio ha manifestado su abierta negativa, planteando que ello debería ocurrir recién en Fase 4.

La intransigente postura de sus dirigentes resulta decepcionante y desde luego no acorde a los esfuerzos que distintos estamentos de la sociedad están llevando a cabo para atenuar el impacto de la pandemia, como es el caso de los funcionarios de salud. No se ha privilegiado aquí el interés de los estudiantes y sus familias, desatendiendo incluso las recomendaciones de entidades internacionales como la Unesco, que esta semana volvió a recordar la importancia de que los países recuperen pronto las clases, pues su ausencia está ahondando las brechas de conocimiento y oportunidades sobre todo de los niños y niñas de sectores más postergados, a lo que cabría agregar que cuando los menores están en sus casas, generalmente son las madres las que se ven imposibilitadas de poder salir a trabajar, creando un círculo muy pernicioso.

La experiencia ha demostrado que sin necesidad de llegar a Fase 4 es posible recuperar cierta normalidad en las actividades. Ya han abierto restaurantes, centros comerciales y recientemente lo han hecho cines e incluso casinos, autorizados a operar con restricciones en Fase 2. Las investigaciones desarrolladas a nivel internacional muestran, por otro lado, que el nivel de contagios en los colegios suele ser muy bajo, evidencia que también se ha podido comprobar en el país. Por lo demás, son numerosos los colegios que ya han presentado acabados planes al Ministerio para el retorno seguro a clases, donde casi la mitad de los establecimientos ha definido modalidades por turnos, además de múltiples resguardos sanitarios. Las reticencias del gremio resultan aún más contradictorias considerando que los profesores han sido colocados como grupos prioritarios para recibir la vacuna, precisamente por lo esencial que es su presencia.

Por ello pretender que solo en Fase 4 puede haber un retorno a clases es un imposible e implicaría que los estudiantes podrían pasar la mayor parte del año sin clases presenciales y con ello volver a tener un año escolar en la práctica perdido, lo que resulta gravísimo y es insólito que el gremio de los profesores sea a estas alturas el único que no parece aquilatar lo que ello implica.

Esta negativa a volver a clases no solo es incoherente con los objetivos que el propio país se ha trazado para ir saliendo de esta crisis, sino que además marca un fuerte contraste con la realidad que se vive a nivel internacional, donde son numerosos los ejemplos de países de Europa Occidental- pero también de Latinoamérica- que están desplegando esfuerzos para el retorno a clases. Es el caso de Argentina, donde los colegios de la ciudad de Buenos Aires han reabierto -gradualmente se irán sumando las provincias- combinando jornadas presenciales y virtuales, o el caso de Colombia, que a mediados de este mes inició un regreso voluntario. Alemania, país que ha sido duramente golpeado por el virus, obligando a una estricta cuarentena, ha tomado la decisión de que sus colegios reabran por estos días, conscientes del daño que produce el cierre de los establecimientos; lo propio ha hecho Francia.

No se entendería que Chile, cuyo liderazgo en materia de vacunación en la región ha sido indiscutido, se quede atrás. La conversación en el país debe ahora cambiar de eje, y centrar los esfuerzos en cómo recuperar las distintas actividades esenciales de forma segura, donde las clases deben ser prioridad.

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