Un segundo tiempo enfocado en la gestión

En lugar de insistir en disputas ideológicas, la actual administración debe concentrar sus esfuerzos, en la segunda mitad de su mandato, en mejorar su gestión y lograr resultados concretos a las demandas de la ciudadanía.



El gobierno del Presidente Gabriel Boric cumple hoy la mitad de su mandato y lo hace en un escenario complejo. Con un respaldo en las encuestas levemente por debajo del 30% y una desaprobación que supera el 60%, llega a la fecha con dos de sus reformas emblemáticas -la tributaria y la previsional- aún pendientes y con una economía que no logra recuperar la senda de crecimiento tras años de estancamiento, agravados por los efectos de la pandemia y la incertidumbre generada primero por los acontecimientos del 18 de octubre de 2019 y luego por dos procesos constitucionales fallidos. A ello se suma un creciente clima de inseguridad y un claro aumento de los delitos de mayor connotación social, que han instalado a la delincuencia como la principal preocupación de la ciudadanía, obligando a un giro de las prioridades gubernativas.

La apuesta de la actual administración cuando llegó al poder -la primera encabezada por una figura ajena a las dos coaliciones históricas que habían gobernado el país desde el regreso de la democracia- era hacer las cosas distintas y dejar atrás las malas prácticas de la política, apelando incluso a una cierta superioridad moral, como sugirió uno de sus representantes más emblemáticos. Sin embargo, al poco andar la realidad demostró que del discurso a los hechos el camino es complejo, exhibiendo evidentes impericias al momento de gobernar y denuncias de corrupción como las del caso Democracia Viva. Además, el rechazo a la primera propuesta constitucional, a la que había condicionado su programa, obligó a un giro del gobierno, reforzando la presencia del Socialismo Democrático en La Moneda. Como ha reconocido el propio Mandatario, han sido dos años de aprendizaje en los desafíos de gobernar.

Al entrar en la segunda mitad de su periodo, el reto del gobierno es dar muestras de ese aprendizaje y concentrar los esfuerzos en la gestión, principal falencia exhibida durante los últimos 24 meses. En este punto es sintomático el debate abierto sobre la supuesta derrota del sector en la batalla de las ideas, como apuntaba el diputado Gonzalo Winter. La actual generación en el poder se caracterizó por asumir como “verdades” ampliamente compartidas muchas de sus visiones ideológicas, sin embargo, los hechos han demostrado una evidente desconexión con las necesidades reales de la ciudadanía. Lo sucedido en el primer proceso constitucional es muestra de ello. También, lo son algunas políticas defendidas por el sector, que a lo largo de los años han demostrado estar equivocadas, como es el caso del fin de la selección, que agravó la crisis de los liceos emblemáticos.

Frente a ello, el gobierno debe concentrar sus esfuerzos, en lo que queda de mandato, en dar respuestas concretas a los problemas de la ciudadanía, especialmente en temas como la seguridad y la economía. Para ello es central asumir la importancia de la búsqueda de acuerdos y no quedarse en disputas vanas sobre la hegemonía de una u otra visión ideológica, que poco sentido le hace a la población. El triunfo de las ideas se da en la medida que éstas le hagan sentido a la gente y les ofrezcan respuestas concretas a sus problemas. Si no, no pasan de ser discusiones de elitistas que sólo profundizan la distancia con la clase política. El actual gobierno tiene frente a sí menos de un año de tiempo efectivo, antes de que el clima electoral se tome el debate, lo que vuelve aún más urgente su necesidad de mejorar la gestión y entregar resultados a las demandas de la ciudadanía.

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