Con violencia, hablan las minorías

SEÑOR DIRECTOR
En las elecciones libres hablan las mayorías. Con la violencia, hablan las minorías.
Chile es un país que ha progresado mucho, pero también un país en que tenemos muchos problemas: los sueldos para mucha gente son muy bajos y apenas alcanzan para pasar el mes; la salud pública es mala y la privada es cara; la educación pública es -salvo excepciones- mala y la privada mejor, pero cara; los remedios también son caros y, aunque se han hecho esfuerzos, no han bajado de precio en forma importante; el trasporte público es caro, subsidiado y malo, salvo el Metro, que era un lujo. En fin, somos un país con muchas carencias para muchas personas.
Todas nuestras carencias como país jamás pueden justificar la violencia como instrumento de cambio social. A través de la violencia hablan algunos, no sabemos cuántos; a través de los votos hablan todos los que quieren hablar. Solo en esto tenemos que ponernos de acuerdo. En las soluciones podremos discrepar.
Estas jornadas de violencia extrema permiten apreciar cómo seria Chile si los sectores radicalizados llegaran a gobernar.
Julio Dittborn Cordua
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