Cuarentena en imágenes: “Esto me ha dado la oportunidad de conocerme mucho, de manera más pausada y observadora”

Invitamos a distintas fotógrafas y fotógrafos a retratar su nueva realidad cotidiana durante la cuarentena. Esta es la mirada de Josefa Díaz.




“Vivo el encierro con otras cinco mujeres en una casa compartida. Fue un grupo que se armó espontáneamente entre personas que no nos conocíamos. Ha sido una coincidencia muy bonita de aprendizaje y, sobre todo, de acompañarnos y escucharnos.

Mi experiencia de cuarentena ha sido en tres casas y dos países distintos. Partió en Francia, donde pretendía quedarme un año. Vivía en Toulouse, donde también me tocó compartir casa con dos amigas, a quienes antes de la cuarentena conocía muy poco. En mayo volví a Chile y pasé el primer mes viviendo con mi mamá, relación que para todas las mujeres es un poco complicada. De todos modos, esta experiencia nos permitió acercarnos más.

Antes de que todo esto pasara, tenía una idea loca en mi cabeza: la intención de hacer una especie de encierro, quizás no tan extremo como este, pero sí de concentrarme en mí misma. En un proceso de autoconocimiento, exploración y sobre todo de creación para cultivar intereses personales como la danza, la música y la pintura. Cosas que había dejado botadas hace mucho tiempo.

Mientras visitaba algunas ciudades francesas antes de la cuarentena, buscaba el mejor lugar para quedarme. Cuando lo encontré, en Toulouse, a las dos semanas empezó el confinamiento. Me armé un horario y lo seguí sagradamente, aprendí y lo disfruté mucho. El problema es que, como todes, nunca pensé que esto iba a durar tanto y finalmente la ansiedad terminó pasándome la cuenta. Es difícil encontrar el punto medio entre la disciplina y ser demasiado autoexigente.

Actualmente, me lo tomo con un poco más de calma. Intento no ser tan estricta. Como soy diseñadora, trabajo como independiente. Esto me da la libertad de tomarme mis tiempos, pero muchas veces, cuando estoy desconcentrada y me cuesta trabajar, me gana la ansiedad y la culpa de no estar haciendo algo productivo. En esos casos mis compañeras de casa han sido un gran apoyo.

Algo que valoro muchísimo es que en ambas oportunidades he tenido acceso a un patio. En Toulouse estaba entrando la primavera y pasábamos mucho tiempo afuera, además que teníamos una huerta en proceso, y aprender a trabajar la tierra ha sido bastante terapéutico. Aquí en Santiago terminé en una casa donde tenían el mismo proyecto, así que pude seguir aprendiendo.

Todo esto me ha dado la oportunidad de conocerme mucho, de manera más pausada y observadora. Conocer mejor mi cuerpo, entender mis pensamientos y necesidades. Creo que fuera de todo lo agobiante que puede traer este periodo, ha sido bueno para quienes tenemos la oportunidad de quedarnos en casa y bajar un poco el ritmo de vida”.

Josefa Díaz (@josefadm) está viviendo su encierro en la casa que comparte en Santiago junto con cinco mujeres más: Carla, Ignacia S, Camila, Ignacia G y Michelle.

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