Cómo hablar de la separación con los hijos

LA PREGUNTA

"Hace un par de días con mi marido tomamos la decisión de separarnos. Fue un proceso largo, de mucho desgaste porque nos queremos mucho, pero nuestras diferencias en algunos temas fueron más fuertes que el amor. Tenemos dos niños pequeños, de 5 y 7 años, y no sé bien cómo debería enfrentar con ellos este tema. Lo que más me preocupa actualmente es el momento en que tengamos que hablar con ellos. ¿Cómo se los debería plantear?

Alejandra (36), arquitecta.  

LA RESPUESTA

La psicóloga infanto-juvenil de Vidaintegra, Karina Navarro, explica que es fundamental estar seguros de si se trata solo de una pelea o de una separación definitiva. Si uno de los padres decide irse un par de días producto de una pelea puntual,  hay que tener mucho cuidado de no hablar de una separación, porque no debemos entregarles información contradictoria. "Si el papá o la mamá se van repentinamente de la casa, se espera que el que se queda no comente inmediatamente la ruptura, porque podría ser algo momentáneo. Si los niños preguntan se les puede explicar que el papá o la mamá se fue porque necesita tomar aire y pensar, para que se le quite el enojo y así estar bien con la familia".

Ahora, si se trata de una decisión definitiva, la recomendación de la psicóloga es sentarse con los niños y explicarles cómo va a funcionar su vida desde ahora en adelante:

• Hablar los dos al mismo tiempo. Esto permite que el niño pueda observar que los dos padres le están diciendo lo mismo y así evitan que se generen alianzas con uno u otro.
• Plantear razones sencillas. Utilizar frases como: 'hemos decidido no vivir juntos porque ya no nos queremos como antes, ahora nos queremos como amigos'. Pero no entrar en más detalles de la ruptura, porque ellos no van a ser capaces de comprender y solo se van a confundir.
• Tener cuidado con las emociones de los padres. Si uno de los dos se quiere separar y el otro no, el que no quiere probablemente tenga emociones negativas como tristeza y frustración. Hay que ser cuidadoso y no contaminar a los niños con esas emociones porque eso puede influir en la relación que el niño construya con cada uno por separado.
• Preocuparse de las emociones del niño. Usar preguntas como ¿qué te pasa a ti con el hecho de que el papá o la mamá se haya ido de la casa? ¿Qué sientes ahora que el papa o mamá no está viviendo con nosotros? Si el niño no puede referir una emoción con nombre se le puede guiar para lo haga. Esto es necesario porque en algunos casos podría ocurrir -especialmente en niños más desordenados- que se culpen por la separación de sus papás. Si eso ocurre hay que explicarles que esta fue una decisión de adultos y que ellos no tienen nada que ver.
• Reforzar la idea de la familia. Los niños tienen que saber que aunque ahora los papás vivan en diferentes espacios, siempre van a ser sus padres y los van a querer de la misma forma. "Un buen discurso es: Yo soy tu mamá y tú eres lo más importante para mí; él es tu papá y tú eres lo más importante para él. Por tanto tenemos algo en común que es el amor que sentimos por ti y que siempre nos va a mantener como una familia, aunque vivamos en distintos lugares", concluye.